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Conrado Marrero, la partida del Guajiro de Laberinto (1911-2014)

Foto tomada del blog Players of el beisbol cubano
Foto tomada del blog Players of el beisbol cubano

Otra noticia triste para el béisbol cubano: acaba de fallecer Conrado Marrero Ramos, una Leyenda del deporte de las bolas y los strikes. Faltaban solo dos días para que cumpliera 103 años.

Los dejo con una de las últimas declaraciones que hizo el «Guajiro de Laberinto» o el «Premier» como también lo conocieron. La entrevista la realizó la agencia Associated Press, en 2012.

«Conrado Marrero, el ex jugador de Grandes Ligas más viejo, todavía recuerda la adrenalina de cuando vistió el uniforme de los Senadores de Washington para enfrentarse con los bateadores de las Mayores. Aferrado al béisbol y a la vida, Marrero cumplió el miércoles 101 años, junto a familiares y amigos en el modesto apartamento del barrio capitalino de Plaza donde vive con su nieto Rogelio Marrero.

Nacido el 25 de abril de 1911, Marrero se convirtió en el ex pelotero de las Ligas Mayores con más edad después del deceso de Tony Malinovsky, el 8 de febrero de febrero de 2011, a los 101 años. Con la gorra roja del equipo Cuba, una camisa de azul claro y un pantalón rojo, Marrero está sentado en la modesta sala de su apartamento. No puede andar desde que se fracturó una cadera el año pasado. Además lleva unas gafas de sol porque casi no ve, y siempre tiene un puro en la boca.

El “Guajiro del Laberinto”, como se le conoce en la Isla – por el nombre de la finca en la que se crió, en el pueblo de Sagua, unos 350 kilómetros al este de la capital- pasa mucho tiempo escuchando el radio. Marrero habló con orgullo de los cinco años en el montículo de los Senadores de Washington, entre 1950 y 1954 y se animó cuando recordó a lanzadores como Allie Reynolds de los Yankees, Early Wynn de Cleveland.

“Cuando me ponía el uniforme de los Senadores, me sentía más grande, más potente, más fuerte” expresó el ex lanzador que tenía una estatura de 1,66 metros. Para hablar de pelota y de los tiempos en que jugaba en las Mayores, la memoria poco le falla a Marrero quien se animó aun más cuando su nieto le dio una pelota de béisbol con la que mostró algunos de sus agarres para los lanzamientos.

“Yo casi no lanzaba rectas sino sliders, curvas y screw ball que eran las más difíciles” explicó el anciano. Marrero se caracterizó por un gran control y porque según señaló “no le temía a ningún bateador” ni tan siquiera el estelar Teddy Williams.

“Un día me conectó par de cuadrangulares y al final del juego se me acercó y me dijo que hoy había sido su día”, contó Marrero. Y recordó que le contestó: “Teddy todos los días son tus días”, y se sonrió.

Marrero no habló de dinero ni de los 20.000 dólares que la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas decidió enviar a los peloteros que jugaron entre 1947 y 1979. Pero el envío se dificulta por el bloqueo que Estados Unidos mantiene contra Cuba desde hace más de 50 años.

Steve Rogers, ex lanzador de Montreal, en la actualidad uno de los responsables de la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas, explicó a la AP en comunicación telefónica que el Departamento del Tesoro aprobó el pagó a Marrero, pero enfrentan numerosas dificultados para ejecutar la transacción desde EEUU.

“Se esta trabajando para hacerle llegar el dinero…hay un problema logístico, de como hacerle llegar el dinero a sus manos”, explicó Rogers. “Tenemos un interés muy particular en que reciba el dinero porque es el pelotero de Grandes Ligas más viejo todavía con vida, y porque es algo muy especial. Ahora que cumple 101 años es algo urgente para nosotros”.

Marrero ya tenía 39 años en 1950 cuando lo contrató el equipo de los Senadores de Washington con el que jugó hasta 1954, terminó con récord de 39-40, un promedio de carreras limpias de 3.96 y un total de 297 ponches. En el año 1951 Marrero fue elegido para integrar el equipo de las estrellas, pero no llegó a intervenir en el juego.

El Guajiro de Laberinto decidió colgar el guante en 1958, y al año siguiente cuando triunfó la Revolución encabezada por Fidel Castro, se quedó en la isla y no se fue para probar suerte en Estados Unidos como lo hicieron otros muchos, bien fuera como entrenador. Marrero sin embargo permaneció en la Isla donde se dedicó a trabajar como instructor de pitcheo, sobre todo en las provincias orientales del país, para transmitirle a los más jóvenes sus conocimientos.

Marrero quien perdió a su esposa hace 20 años, y que tuvo cuatro hijos, expresó que el secreto de la longevidad es que “nunca tuve odio con nadie. Yo siempre trate a todo el mundo por igual, y cuando lanzaba siempre trataba de ganar pero siempre sin odio”.

Vea además:
Estadísticas de la carrera de Conrado Marrero

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