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Leinier vs. Bruzón: la persistencia de una rivalidad

Leinier y Bruzón, frente a frente
Leinier y Bruzón, frente a frente

Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón se conocieron cuando apenas eran unos niños con muchos deseos de triunfar. En poco tiempo sus nombres y rostros se hicieron familiares entre los seguidores al ajedrez y su ascenso por las diversas categorías fue muy rápido, aunque resulta poco probable que alguien predijera, con total exactitud, que quince años después del primer enfrentamiento, serían considerados como los mejores ajedrecistas del país y su presencia en diferentes torneos centraría la atención de fanáticos y especialistas al llamado juego ciencia. 

La diferencia de edad es de solo un año. Bruzón nació un 2 de mayo de 1982, en la oriental provincia de Las Tunas; mientras Leinier lo hizo un 23 de septiembre de 1983, en el municipio habanero de Güines.

Una de las características más interesantes del ajedrez moderno es que, para triunfar en él, ya resulta casi indispensable que los jugadores comiencen desde las edades más tempranas. Leinier y Bruzón fueron niños prodigios, aunque a diferencia de otros prodigios actuales, como Magnus Carlsen y Sergey Karjakin, ellos no abandonaron la escuela. Leinier aprendió a los ocho años y fue su padre quien le enseñó las reglas del juego. Unos medes más tarde demostró todo su talento al titularse campeón nacional pioneril, en un torneo donde participaron niños con 11 y 12 años.

En 1993 Leinier logró la corona en los Juegos Escolares Nacionales. Durante ese período se produjeron los primeros duelos contra Lázaro Bruzón y en las dos oportunidades los resultados fueron favorables al habanero.

Bruzón, en 1996, consiguió el primer lugar de los Escolares y lo hizo de una manera impresionante: ganó las 13 partidas disputadas. Ese marcador perfecto permitió que su nombró sonara, por primera vez con fuerza, en el complejo mundo ajedrecístico.

Durante los Escolares de 1997, ahora en la categoría de 15-16 años, Bruzón alcanzó 13,5 unidades de 15 posibles y con ellas aseguró el primer lugar. De sus triunfos, sobresalió el obtenido frente a Leinier, en una defensa Siciliana planteada por el habanero.

En el torneo Nacional juvenil de 1998, efectuado en Matanzas, de nuevo Bruzón quedó por encima de Leinier: 6,5 puntos contra 5,5. El encuentro entre ambos concluyó en tablas. Ya eran los mejores juveniles del país; aunque todavía faltaba algo más de tiempo para el gran salto.

LOS MÁS RÁPIDOS DEL PAÍS

El ascenso de Leinier por las diferentes categorías de la Federación Internacional fue muy rápido.  En 1998 mereció el título de Maestro FIDE (MF) y también el de Maestro Internacional (MI). De acuerdo con un artículo publicado en el sitio web del torneo “Memorial Capablanca”, Leinier es el MI cubano más joven de la historia, con apenas 14 años y 241 días.

La máxima distinción de un ajedrecista demoró un poco más en llegar. La primera norma de Gran Maestro (GM) la logró en el torneo “Memorial Guillermo García”, jugado en Santa Clara, en 1999. La segunda y tercera las cumplió dos años después, durante un evento en Aníbal, España, y el Campeonato Nacional cubano. A finales de 2001, la Federación le otorgó a Leinier la condición de Gran Maestro.

Lázaro Bruzón también avanzó rápidamente, incluso más que Leinier. Al igual que su rival, obtuvo el título de MF en 1998; sin embargo, la diferencia radica en que un año más tarde recibió la condición de Maestro Internacional y Gran Maestro. Sus normas de GM las consiguió en torneos consecutivos: la XXXIV edición del “Memorial Capablanca” y días después venció en el “Guillermo García”. Bruzón, a sus 17 años y 38 días, se convirtió en el Gran Maestro cubano más joven de la historia.

Los triunfos fuera del país no tardaron en aparecer. El éxito más importante para Bruzón en su etapa juvenil fue el primer lugar en el Mundial para menores de 20 años, celebrado en Ereván. Allí concluyó de forma invicta. Leinier consiguió la medalla de plata en otro Mundial, para jóvenes por debajo de 18 años.

Gracias a esos brillantes resultados, los directivos del ajedrez cubano decidieron abrirles las puertas de la selección nacional. En 1999 los dos prodigios integraron el equipo que participó en el Campeonato Panamericano, celebrado en Venezuela. El debut fue por todo lo alto y ambos conquistaron la medalla de oro en sus tableros. Bruzón alineó como el cuarto representante y venció en sus cinco partidas; Leinier, de quinto, tuvo una puntuación de 4,5 en 5.

El 2002 marcaría el año del verdadero despegue de Bruzón y Leinier. El tunero ganó el grupo principal del “Memorial Capablanca” y un torneo de categoría XIV efectuado en Dinamarca. El segundo lugar de ese evento correspondió a Leinier, separado a media unidad de su gran rival.

En esa temporada, Leinier ganó por primera ocasión el Campeonato Nacional. Para la Olimpiada de Bled, Eslovenia, en 2002, Bruzón y Leinier ocuparon los dos primeros tableros de la selección nacional.

Leinier estuvo en los titulares de la prensa cubana en 2004 por sus brillantes desempeños. Primero en el “Memorial Capablanca”, donde triunfó en el grupo Elite, con un marcador casi perfecto, 9 puntos de 11 posibles, y después por su participación en el Mundial de Trípoli. En la capital de Libia, Leinier avanzó hasta los cuartos de finales, cedió ante el azerí Temour Radjabov, y finalmente terminó en la quinta posición. Bruzón no tuvo tanta suerte y perdió en la primera ronda; aunque meses antes había logrado su primer título nacional, al vencer en el torneo escenificado en Santa Clara, con puntuación de 6,5 en 9 partidas.

La mejor demostración de Leinier y Bruzón como integrantes de la selección nacional llegó en la Olimpiada de Calviá, España, en octubre de 2004. El equipo concluyó en una magnífica séptima posición, en gran medida por el esfuerzo de los dos Grandes Maestros. Bruzón hizo 8 puntos de 11 en el segundo tablero; mientras Leinier acumuló 7,5 también en 11 partidas, como el primer tablero. 

Los principales enfrentamientos de Leinier y Bruzón se han dado en los matches finales del campeonato nacional cubano. Desde que este tipo de torneos adoptó el sistema de matches, los dos mejores ajedrecistas del país se han enfrentado en tres oportunidades por el título. En 2005, durante la última partida rápida a cinco minutos, Bruzón tenía una posición muy ventajosa, pero solo segundos en su reloj. Leinier, en un gesto muy deportivo, decidió rendirse. Un año después, el habanero tomó desquite y el tercer duelo, en 2007, favoreció al tunero, también en las partidas rápidas. Ahora Leinier acumula tres coronas, en 2002, 2003 y 2006; igual cantidad que Bruzón.

LEINIER Y BRUZÓN CONTRA EL ELO

Durante un lustro, Bruzón y Leinier se han intercambiado la primera posición del ranking nacional, de acuerdo con su coeficiente ELO. Leinier apareció por primera vez en el listado de la Federación en junio de 1996, con 2205 puntos y 20 partidas. En aquel momento tenía solo 13 años. Bruzón demoró un poco más, a los 15 años, en junio de 1997, con 2345.

El paso de los dos por los 2500 y 2600 fue muy similar. Bruzón arribó a un ELO máximo de 2677 en julio de 2005 que lo colocó en la posición 26 del mundo; sin embargo, desde mediados de 2006 comenzó una curva descendente en su rendimiento. La caída parece haberse detenido y en el último trimestre, Bruzón adicionó 30 puntos y volvió sobre los 2600.

 Leinier también pasó por un mal momento en 2005 y aunque tardó casi un año en recuperarse, lo hizo de tal manera que ha roto, en varias oportunidades consecutivas, el récord nacional del ELO y en julio de 2008 se convirtió en el primer cubano en sobrepasar la mítica barrera de los 2700 puntos y ahora, con 2719, ocupa la posición 21 en el escalafón mundial.

LA RIVALIDAD NO SOBREPASA EL TABLERO

La rivalidad entre los dos mejores exponentes de cualquier modalidad suele ser exacerbada y muchos gustan de imaginar una fuerte animadversión fuera del espacio dedicado al deporte. Las historias de grandes controversias de ajedrecistas han llenado cientos de páginas. Capablanca y Alexander Alekhine; Garry Kasparov y Anatoli Karpov y en la actualidad, Veselin Topalov y Vladimir Kramnik. Todos grandes estrellas que se odiaban cordialmente en su vida personal.

Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón han afirmado en múltiples ocasiones que entre ellos existe amistad, aunque frente al tablero cada uno siempre buscará la victoria, al igual que intentarán obtener el más alto coeficiente ELO. Esa rivalidad ha sido muy importante en el desarrollo de los dos.

El bajo nivel de juego mostrado por Bruzón desde 2006 no solo ha alejado al tunero de Leinier, sino que también ha dañado la rivalidad. No obstante, su ya evidente recuperación de seguro traerá de vuelta la emoción a las partidas. Al menos la puntuación del duelo personal se mantiene muy reñida. Las personas podrán especular lo que quieran; pero lo cierto parece ser que el estrechón de manos de Leinier Domínguez con Lázaro Bruzón no queda únicamente en el tablero.

Publicado en la revista digital Cubahora. Con este trabajo obtuve Mención especial del Concurso Nacional de Periodismo «26 de Julio», de 2008, en la versión de Periodismo Digital

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