Emoción villaclareña y la maldición del campeón
Ya sé que la pelota cubana cada vez les interesa a menos personas. También entiendo que las nóminas de los equipos de la 52 Serie Nacional se parecen poco a las de esas mismas selecciones apenas un lustro atrás, que la estructura del torneo convence a pocos, que mi ídolo deportivo (Víctor Mesa) es abucheado, con razón, en el mismo terreno donde brilló durante tantos años y que los estadios quedaron detenidos en la década de los sesenta; pero confieso que todavía me emociono (no tanto como antes, lo reconozco) cuando mi novena de siempre, los ya no azucareros ganan un juego de pelota decisivo.
Villa Clara volvió a incluirse entre los cuatro finalistas de la Serie Nacional. Probablemente nadie imaginó esto un mes atrás, ni siquiera los más empedernidos fanáticos pensaban que, del último luga...