Graduación universitaria del béisbol cubano
Durante siete innings parecía que el retorno a Cuba de la selección nacional de béisbol, desde Haarlem, sería el peor posible. Por tercera ocasión el lanzador norteamericano Jonathon Crawford puso en ridículo a la alineación cubana y con una ventaja de 3 por 0, hasta los más activistas dudaron en una posible reacción.
Crawford ganó el primer desafío del tope bilateral, en el “Latinoamericano” y luego triunfó en el partido de la fase clasificatoria de la Semana beisbolera de Haarlem. Por tanto, los bateadores cubanos lo habían observado en varias ocasiones; sin embargo, el trabajo de los “scouts” no funcionó, porque lo cierto fue que la ofensiva antillana no pudo descifrar al muy prometedor lanzador.
Pero llegó el octavo capítulo y ahí se combinó la tozudez del director estadounidense Dav...