Un Contador de cuentos
Erase una vez un famoso ciclista que lo había ganado todo en su deporte. En su habitación no quedaba mucho espacio para acoger los trofeos de las más famosas carreras, como el Tour de Francia, un Giro de Italia y una Vuelta a España. La felicidad lo embargaba cada día y era aclamado por la prensa y los fanáticos; sin embargo, una tarde se supo en Madrid que algo raro pasaba con él.
Ese “algo” eran los restos de clembuterol, una sustancia prohibida que habían detectado ciertos doctores, durante su última incursión en el Tour de Francia. A la estrella la llamaban Contador y, sin perder ni un minuto, él y su enorme equipo de ayudantes respondieron a las acusaciones. Dijeron que era una infamia, que lo que probablemente habría sucedido fue que en la prueba salieron los restos de un bistec de ...