El Salón de la Infamia
El Salón de la Infamia de la velocidad no tiene un sitio fijo en la geografía planetaria. Para entrar allí los atletas no necesitan cumplir muchos “requisitos”, basta con engañar, casi siempre mediante el dopaje, a los seguidores del atletismo y esto garantiza un lugar en un espacio simbólico, al que, de seguro, nadie quisiera pertenecer. La lista de “miembros” ha aumentado en los últimos tiempos con las incorporaciones de Tyson Gay, Asafa Powell, Verónica Campbell-Brown y Sherone Simpson.
Quizás el primer “miembro” de ese Salón imaginario haya sido el canadiense Ben Johnson. En la Olimpiada de Seúl, en 1988, el fornido corredor dejó atrás al favorito Carl Lewis e implantó un récord mundial en los 100 metros planos, con 9,79 segundos. La admiración colectiva por Johnson duró el tiempo en ...