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Salón dela Fama: 2014, una clase única

¡Únicos!
¡Únicos!

Los lanzadores Greg Maddux y Tom Glavine, y el mánager Bobby Cox, que guiaron a los Bravos de Atlanta a 14 títulos divisionales consecutivos, lideraron el grupo de leyendas del béisbol que ingresaron al Salón de la Fama en Cooperstown.

“Puedo decir honestamente que yo no estaría aquí hoy si no fuera por ustedes”, les dijo Cox a los ganadores de premios Cy Young. “Juntos, estos muchachos ganaron seis premios Cy Young mientras llevaban el uniforme de los Bravos”. Quizás al veterano director le haya faltado decir que solo ganaron un anillo, pero, hey, era un momento de celebración y, sin dudas, estos tres hombres merecen estar entre los inmortales del béisbol.

Además, entraron al Salón el formidable bateador Frank Thomas y los ex mánagers Tony La Russa y Joe Torre. Así que la “Clase 2014” probablemente haya sido la más completa en muchísimo tiempo.

Los números de los exaltados al Salón son impresionantes: Maddux ganó cuatro premios de pitcheo Cy Young consecutivos en la Liga Nacional, entre 1992 y 1995 y tuvo un récord de 18 Guante de Oro en una carrera de 23 años en Ligas Mayores. Terminó con un récord de un récord de 355 victorias y 227 derrotas con un promedio de 3.16 carreras limpias y 3.371 ponches, con el uniforme de los Cachorros de Chicago, Bravos, Dodgers de Los Ángeles y Padres de San Diego.

‘Mi primer día en las Grandes Ligas, los lanzadores abridores fueron Nolan Ryan y Jamie Moyer. Veinte minutos antes del partido, yo estaba sentado en el banco, y mi primer manager Gene Michael pensó que yo era el bat boy (chico recogebates), recordó Maddux.

Maddux y Glavine se convirtieron en los primeros compañeros de equipo en ser elegidos conjuntamente por la Asociación de Escritores de Béisbol de América desde que Whitey Ford y Mickey Mantle lo consiguieron en 1974.

Glavine, un compañero de toda la vida de Maddux en Atlanta, fue un dos veces ganador del Cy Young (1991 y 1998) y 10 veces All-Star. Finalizó con un récord de 305-203 con una efectividad de 3.54 en 22 temporadas con los Bravos y los Mets de Nueva York.

En 1984, Glavine fue reclutado por los Bravos y también por los Kings de Los Ángeles, de la Liga Nacional de Hockey sobre hielo. Afortunadamente, el zurdo rechazó una carrera en la NHL en favor del béisbol.

“Tuve una elección difícil de hacer y como lanzador zurdo pensé que elegir el béisbol era lo más inteligente”, dijo Glavine. “Por supuesto, siempre me pregunto qué habría pasado si yo hubiera tomado el hockey.”

A Thomas lo apodaron el ‘Big Hurt’ por su poder de slugging. En 1993 fue elegido el Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana con los Medias Blancas de Chicago. Terminó su carrera de 19 años en Grandes Ligas con 2468 hits, incluyendo 521 jonrones, 1704 carreras impulsadas y 1494 carreras anotadas.

 

“En mi carrera he tenido tantos momentos mágicos con los tres uniformes que usé”, dijo Thomas. “Siempre estaré agradecido a todos ustedes.”

Booby Cox, Tony La Russa y Joe Torre están ubicados entre los cinco primeros directores en victorias en todos los tiempos, con 2.000 triunfos o más.

Torre, quinto en la lista con 2326 victorias, comenzó su carrera como entrenador como jugador-mánager de los Mets de Nueva York y también dirigió a los Bravos de Atlanta, Cardenales de San Luis y los Yankees de Nueva York.

“Bien podría cortar por lo sano. Estoy aquí por los Yankees de Nueva York”, aseguró Torre, quien acumuló 1.173 de sus victorias y cuatro títulos de Serie Mundial con los Yankees.

Cox es el cuarto en la lista de victorias de todos los tiempos con 2504. Guió a los Bravos de Atlanta a ganar la Serie Mundial de 1995, y a otras cuatro finales de Serie Mundial.

Mientras, La Russa dirigió a los Medias Blancas de Chicago, Atléticos de Oakland y los Cardenales de San Luis durante 33 temporadas. Compiló 2728 victorias, por lo que clasifica en el tercer puesto, detrás de las leyendas que fueron Connie Mack y John McGraw. La Russa ganó tres títulos de Serie Mundial, uno con los Atléticos en 1989 y dos veces con los Cardenales en 2006 y 2011.

Más de 50 mil fanáticos asistieron a Cooperstown, para recibir en el Templo de los Inmortales a estas grandes figuras. Frank Thomas no pudo evitar las lágrimas, Tony La Russa aceptó estar más nervioso que nunca, Tom Glavine reconoció que olvidó su discurso y Joe Torre ofreció disculpas por omitir nombres en su charla. Cox y Maddux quedaron mudos y solo sonreían ante los presentes.

En una época de tanta incredulidad sobre los récords obtenidos en los diamantes, estos tres jugadores entran a Cooperstown con el mayor reconocimiento posible. Ellos, como pocos, al parecer alcanzaron sus formidables resultados sin recurrir a los esteroides.

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