Los escribas regresan al estadio

El deporte cubano ha sido tratado de disímiles maneras por varios escritores y no sería arriesgado decir que abundan las biografías y que el béisbol es la modalidad que mayor número de títulos publicados acumula.

Entre las biografías de peloteros que brillaron antes de 1959 están la de José de la Caridad Méndez y Conrado Marrero, ambas escritas por Severo Nieto; además de la de Martín Dihigo, realizada por Alfredo Santana. Esta etapa del béisbol cubano no ha sido del todo estudiada y las escasas aproximaciones se quedan en la vida de los jugadores; pero no hay una profundización en la historia de los equipos más recordados y que intervinieron en la Liga profesional; tampoco existen los suficientes libros sobre otras ligas amateurs, ni acerca de los campeonatos mundiales que tuvieron al estadio “La Tropical” como sede entre 1939 y 1943. 

Sin dudas resulta muy triste que el fanático tenga que recurrir a la literatura escrita fuera de Cuba para conocer un poco más sobre la llamada pelota pre-revolucionaria y sus estrellas, muchas de las cuales decidieron vivir fuera del país cuando se decretó el fin del profesionalismo en 1961; aunque otras optaron por permanecer aquí. ¿Dónde están los libros sobre Adolfo Luque o Miguel Ángel González, por solo citar dos ejemplos? Ellos y sus historias continúan esperando por los escritores y también por las editoriales.

Algunos textos han intentado un acercamiento diferente, no solo al béisbol. Uno de esos títulos es “Memorias a mis 70 y …” de Eddy Martin. En sus páginas, Eddy, quien siempre trató de poner en contacto a las más jóvenes generaciones con la pelota de antaño, logra revivir momentos imprescindibles de la historia del deporte cubano.

Los vacíos literarios sobre el béisbol, inexplicablemente, aumentan después de 1959. Solo a finales de los ochenta, en el excelente libro de entrevistas “Estrellas del béisbol, el alma en el terreno”, de Leonardo Padura y Raúl Arce, se recogen las vidas de 17 jugadores que hicieron soñar a todo un país durante décadas. Este libro, que no ha sido reeditado, muestra a los fanáticos las carreras de grandes estrellas, desde Manuel Alarcón hasta Pedro Chávez.

Luego fueron apareciendo, con mayor o menor publicidad, mejor o peor escritas, las biografías de estelares como Braudilio Vinent, de Fausto Triana; Luis Giraldo Casanova y El Niño Linares, ambos de Juan Antonio Martínez de Osaba y también Víctor Mesa, de José Antonio Fulgueiras.

Además de las biografías que, cuando resultan bien escritas, siempre se agradecen, varios escritores han optado por buscar aristas diversas y este es el caso del libro “Béisbol, términos y anécdotas”, de Rogelio Letusé la O. La investigación es muy interesante porque explica el origen de múltiples términos beisboleros provenientes del inglés que hoy utilizamos y su lectura nos aproxima al surgimiento de nuestra principal pasión y cómo la lengua española ha incorporado parte del léxico proveniente de los terrenos.

La relación entre la literatura y el béisbol también ha sido estudiada por el historiador Félix Julio Alfonso, en varios volúmenes. En “La Letra en el diamante”, Alfonso realiza un recorrido por la literatura en la que el béisbol ocupa un lugar importante, desde Wenceslao Gálvez y el teatro bufo en los finales del siglo XIX, hasta las obras de Pablo de la Torriente Brau, José Lezama Lima y Nicolás Guillén.

Otro libro compilado por Alfonso es “Con las bases llenas, béisbol, historia y revolución”. El texto intenta llenar un vacío de décadas. En él concurren 21 autores, con obras muy diversas y como indica el título, las historias se sitúan después de 1959.

La lectura de los artículos recogidos en “Con las bases llenas”, permite encontrarse o reencontrarse con ídolos como Agustín Marquetti, el famoso trío de “mosqueteros” matanceros conformado por Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique y Félix Isasi; varios de los mejores jugadores pinareños o cuánto ha significado el equipo Industriales en la novela de la vida de Leonardo Padura.

“Con las bases llenas” va más allá y por eso también figuras imprescindibles del periodismo deportivo cubano como Bobby Salamanca y Eddy Martin tienen un lugar dentro del libro, a través de sentidas crónicas escritas por Elio Menéndez y Víctor Joaquín Ortega.

El rápido recorrido por obras donde el deporte y la literatura convergen no puede dejar fuera a “Los escribas en el estadio. Cuentos cubanos de béisbol”, antologado por Miguel Terry Valdespino y Francisco García González. En sus páginas aparecen narraciones de escritores tan diversos como Leonardo Padura, Arturo Arango, Alexis Díaz-Pimienta o David Mitrani. Desde los más disímiles estilos, las narraciones tienen a la pelota como eje central. Alrededor de ella giran las historias de los personajes quienes viven momentos intensos como el escándalo por las apuestas en los juegos a principios de la década de los ochenta o el cuadrangular de Agustín Marquetti en el Latinoamericano, en la final de la Serie Nacional de 1986.

La lista de títulos dedicados al béisbol, lamentablemente, no es extensa. Todavía hay zonas de silencio y muchos peloteros, con historias interesantísimas, esperan ser redescubiertos por la ávida imaginación y el paciente trabajo investigativo de un escritor.

Publicado en Habana Radio

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