En el deporte, como sabemos, los directores pocas veces reciben el reconocimiento que merecen cuando ganan un campeonato; pero, si el equipo pierde, de inmediato todas las miradas se concentran en el cuerpo técnico. Nada nuevo bajo el sol, como lo acaba de comprobar Dusty Baker.
Los Rojos de Cincinnati perdieron la paciencia con Baker y, después de otro fracaso en la postemporada, decidieron que lo mejor para la franquicia era…despedir al veterano manager, de 64 años. Este movimiento me pareció sorpresivo. Los Rojos terminaron de la peor manera la temporada 2013, con seis derrotas al hilo y quedaron eliminados una vez más de los playoffs. La decepción estaba más que justificada; pero, ¿cargar toda la responsabilidad sobre Baker?
Baker asumió la dirección de los Rojos en 2008 y los condujo a tres temporadas con 90 victorias y tres apariciones en los playoffs. Esta es la mejor racha de Cinci desde la época en que Sparky Anderson guió a la Maquinaria Roja a dos títulos de Serie Mundial, en la década del setenta del siglo pasado.
En las seis temporadas al frente de los Rojos, Baker terminó con récord de 509 y 463. Esto elevó a 1671 su total de victorias como director, por lo que ocupa el puesto 16 en la lista de los mejores de todos los tiempos. Además, ganó en tres ocasiones el título de Manager del Año, en la Liga Nacional.
Además, Baker es uno de los seis directores que ha ganado 300 partidos con tres equipos diferentes (Gigantes, Cachorros y Rojos); pero, al igual que a tantos otros, le falta un elemento muy apreciado: un anillo de campeón de la Serie Mundial.
A pesar de sus excelentes números históricos, la gerencia de los Rojos quería más. Analicemos: Joey Votto fue una sombra, Johnny Cueto apenas pudo lanzar; pero alguien tenía que pagar por los platos rotos…y, una vez más, le tocó al manager.
Cuatro equipos en la MLB están ya sin directores: Davey Johnson, de los Nacionales, optó por retirarse, Dave Sveum no demostró nada con los Cachorros, ni tampoco Eric Wedge con los Marineros. A este listado se suma ahora Baker y…pensé que los Yankees no demorarían mucho en “prescindir” de Joe Girardi; sin embargo, para sorpresa mía, los Mulos de Manhattan ratificaron en el puesto a un hombre que, por segunda vez en un lustro, ni siquiera avanzó a los playoffs. Las lesiones golpearon a los neoyorquinos, pero, con una nómina por encima de los 200 millones, es difícil explicar el cuarto puesto en la división.