Solo 11 de los 28 jugadores que integran la selección cubana al II Clásico Mundial estuvieron en la versión anterior del torneo; sin embargo, el director Higinio Vélez se siente complacido con un equipo que combina, quizás como nunca antes, la experiencia de varios veteranos con el talento de los más jóvenes, tanto en la ofensiva como en el cuerpo de lanzadores.
Como era de esperarse, la elección de los 28 peloteros estuvo acompañada de polémicas, especialmente entre los defensores del cuadro y los lanzadores; pero al menos existe el consenso sobre el balance que muestra el equipo y la versatilidad de muchos de los hombres.
La mayoría de las posiciones ya tiene a un titular definido; aunque Vélez cuenta con diversas opciones para mover a los jugadores si alguno no se presentara en su mejor forma, lo cual introduce una dosis extra de presión a los peloteros, por lo que la lucha por un puesto en la alineación regular promete ser más fuerte.
En la receptoría nadie discute que Ariel Pestano será quien reciba los lanzamientos en el primer juego contra Sudáfrica. Sus más de diez años en la selección nacional, la seguridad que ofrece defensivamente y un bateo oportuno en los más importantes eventos internacionales, le garantizan a Pestano un lugar seguro. Aunque el experimentado receptor no puede descuidarse porque sus dos posibles reemplazos, Yosvani Peraza y Rolando Meriño, lo superan en la ofensiva y estarán a la espera de una oportunidad.
Los titulares en el cuadro se complican un poco más. Alexander Mayeta, en la primera almohadilla y Eduardo Paret, como campo corto, no parecen tener discusión. Las interrogantes se agrupan alrededor de dos posiciones y tres nombres. ¿Cómo utilizará Vélez a Héctor Olivera, Yuliesky Gourriel y Michel Enríquez? En un principio muchos pensaron que Gourriel ocuparía la segunda base y Enríquez quedaría en tercera. Este lucía como el movimiento más lógico, sobre todo porque ya se había empleado con anterioridad; pero no fue la combinación que se vio en los partidos de entrenamiento.
Entonces, Olivera abriría en segunda; mientras Gourriel y Enríquez, jugadores con características diferentes en su bateo, intentarían ganarse la titularidad en tercera. Otra variante: uno de los dos ocupará el puesto de designado. Joan Carlos Pedroso, incluido a última hora en la preselección y que luego convenció a los técnicos en los desafíos de preparación, podría jugar la primera base cuando el pitcher contrario sea zurdo, ya que Mayeta, históricamente, no ha tenido buenos resultados frente a este tipo de lanzadores.
Frederich Cepeda y Alfredo Despaigne estarán entre los regulares, sin dudas, en los jardines. Las incógnitas reaparecen en torno al tercer hombre. ¿Anderson, Céspedes, Martin? Entre ellos, Céspedes es el bateador de mayor fuerza y posee un excelente brazo; sin embargo, tanto Anderson como Martin tienen más habilidad para entrar en circulación y defensivamente presentan características similares. Seleccionar al último jardinero titular será un gran dolor de cabeza para el cuerpo técnico.
El puesto de designado también podría suscitar polémicas. Por lo general esta responsabilidad en la alineación la ocupa un hombre de gran poder y si la dirección se guiara solo por ese criterio, entonces los fornidos Peraza y Pedroso lucirían como los más adecuados.
La distribución de responsabilidades en el cuerpo de lanzadores será fundamental en el éxito o fracaso de Cuba en el Clásico. Diversos equipos han anunciado que rotarán con cuatro abridores y probablemente esa sea la mejor opción, especialmente por las limitaciones en la cantidad de lanzamientos: apenas 70 en la primera fase y 90 en la segunda.
Por tanto, entre los 10 abridores que conforman la nómina cubana, la dirección debería elegir a hombres que dominen con la menor cantidad de envíos. Varios cumplen con esta condición: Norge Luis Vera, Yuniesky Maya, Luis Miguel Rodríguez, Ciro Silvino Licea, junto a Pedro Luis Lazo. A ellos se uniría el zurdo Aroldis Chapman; aunque Lazo y Rodríguez quizás pasen a formar parte de los relevistas.
Entre los encargados de los relevos intermedios estarían los zurdos Norberto González, Yuliesky González y los derechos Ismel Jiménez y Danny Betancourt—la gran sorpresa del equipo—; mientras, la vital función de cerrar los partidos finalmente quedó en los brazos de aquellos que cumplen este rol durante la temporada nacional: Miguel Lahera, Yolexis Ulacia y Vladimir García, junto al más experimentado y triunfador de los lanzadores cubanos: Pedro Luis Lazo.
La alineación cubana en el debut contra Sudáfrica podría incluir a Olivera, Enríquez, Gourriel, Mayeta, Despaigne, Cepeda, Céspedes, Pestano y Paret; pero también podría ser: Martin, Olivera, Gourriel, Mayeta, Cepeda, Despaigne, Peraza, Pestano, Paret. Las dos variantes muestran a un equipo con gran equilibrio de poder y velocidad. Estas no serían las únicas combinaciones de la dirección técnica y la apreciable diversidad de opciones es una de las grandes diferencias del equipo cubano al Clásico 2009, con relación a otras selecciones nacionales de los últimos tiempos.
¿Y el abridor del primer juego? La elección es muy importante porque, aunque el rival sea el más débil del grupo, el lanzador que reciba esa responsabilidad deberá ser el mismo que abra el posible desafío inaugural de la segunda fase, en el Petco Park, de San Diego. Este estadio ya es conocido por los cubanos y allí los especialistas y fanáticos al béisbol en Cuba esperamos que el equipo tenga éxito en las revanchas contra Corea del Sur y Japón, sus presumibles contrarios.
Publicado en Cubasí
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