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Olimpiada mundial de ajedrez: retorna la esperanza

La fecha de descanso parece que llegó en el mejor momento para las dos selecciones cubanas que intervienen en la Olimpiada de ajedrez, en Estambul. Después de actuaciones dispares en las cinco primeras rondas, los capitanes de ambos planteles decidieron introducir varios cambios en la alineación y los resultados fueron buenos.

En el Torneo Abierto (donde intervienen hombres y mujeres), los cubanos enfrentaron a Catar, una selección débil, en la que únicamente sobresalía su primer tablero, Mohamad Al-Modiahki (2542), quien antes había derrotado a la estrella ucraniana Vassily Ivanchuk. El capitán, Reynaldo Vera, decidió darle descanso a Yuniesky Quesada, así que Yusnel Bacallao jugó en el tercer tablero e Isán Ortiz en el cuarto.

Como se esperaba, la partida más complicada fue la de Leinier Domínguez contra Al-Modiahki. El líder del ranking nacional, por su ELO de 2725 (aunque Bruzón cada vez presiona más, ahora con 2713) sabía que el más mínimo error podría costarle caro, ante un rival inspirado, por lo que no forzó demasiado y el duelo terminó con la división del punto.

Antes de que concluyera ese encuentro, ya el match había quedado decidido, porque Isán Ortiz triunfó sin grandes complicaciones; después Bruzón aprovechó un serio desliz de su oponente y, finalmente, Bacallao también logró el punto.

Con el triunfo por 3,5 a 0,5, los cubanos ascendieron hasta la 27ma posición. Esta vez el sorteo sí les fue favorable, porque en la séptima ronda chocarán contra una selección de jugadores ciegos.

Sin dudas lo más interesante del evento Abierto se vivió en la primera mesa, donde se enfrentaron los favoritos: Rusia y Armenia. Vladimir Kramnik triunfó categóricamente sobre el número dos del ranking universal, Levon Aronian; pero luego Sergei Movsesian acabó con el invicto de Alexander Grishuk, por lo que el match concluyó 2 a 2.

UN RESPIRO ENTRE LAS DAMAS

Después de dos contundentes derrotas, ante Georgia y Alemania, las cubanas, ubicadas en la posición 59, enfrentaron a Guatemala, un adversario realmente de poca fuerza. El capitán Walter Arencibia también introdujo cambios: la pinareña Lisandra Ordaz recibió una jornada de asueto y su lugar lo ocupó la granmense Sulennis Piña.

El equipo funcionó bien; aunque Piña no pasó del empate frente a Silvia Sotomayor (1885) y ya ha perdido 21 puntos de ELO, por lo que descenderá notablemente en el ranking. En el segundo tablero, Oleiny Linares, quien había estado muy mal en la Olimpiada, derrotó a Claudia Mencos (2035); mientras, Maritza Arribas, con negras, venció a María Mencos (1877). Supongo que Claudia y María sean hermanas. Por último, la holguinera Lisandra Llaudy no tuvo problemas para inclinar el rey de Wendy Ortiz (1709). La tercera victoria del certamen les permitió a las cubanas ascender hasta el puesto 43. En la séptima ronda chocarán contra Bielorrusia.

En la sexta jornada hubo un “choque de trenes”, entre rusas y chinas que culminó con un empate a 2 puntos que deja abierta la Olimpiada; aunque las europeas mantienen el liderazgo.

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