Dos años atrás, se convirtieron en la gran sorpresa de la Olimpiada. Nunca antes una selección femenina cubana había logrado incluirse entre las cinco primeras del principal evento colectivo de ajedrez. Tampoco en las 12 participaciones previas una jugadora había obtenido medalla de oro.
En Khanty-Mansiysk, 2010, no se cumplieron los pronósticos pesimistas y las chicas, entrenadas por Walter Arencibia, finalizaron en una histórica cuarta posición. Además, la Gran Maestra Yaniet Marrero alcanzó el máximo premio en el tercer tablero. El equipo tuvo un mal momento, al caer en dos rondas consecutivas, frente a Ucrania y Rusia 2; pero supo reponerse y cerró con triunfos ante Letonia y Croacia. De los 11 matches efectuados, las cubanas ganaron ocho y cedieron en tres.
Marrero fue la mejor jugadora de la selección, porque hizo siete puntos, en ocho partidas. Las demás integrantes también tuvieron una actuación aceptable: Lisandra Ordaz, en el primer tablero, consiguió 6,5 unidades; Oleiny Linares terminó con 5,5; Maritza Arribas concluyó con cuatro y Sulennis Piña brilló con siete puntos.
Cuatro de las cinco cubanas que jugaron la Olimpiada de 2010 tratarán de mantenerse cerca de la cima del ajedrez femenino en la próxima cita de Estambul, que comenzará el 27 de septiembre. La única ausente será la medallista de Khanty-Mansiysk, Marrero, y su lugar será ocupado por la campeona nacional, Lisandra Llaudy.
Esta modificación en el equipo se explica por dos razones. La primera es que el reglamento de la Federación cubana plantea que la titular del torneo doméstico obtiene un cupo en la selección olímpica; mientras que el otro criterio de inclusión está basado en los cambios del ELO. Marrero aparece en la quinta posición del ranking nacional, con 2323 puntos, y está antecedida por las otras cuatro integrantes del plantel que jugará en Estambul: Linares (2355), Piña (2345), Ordaz (2344) y Arribas (2326).
Ordaz defendió el primer tablero en Khanty-Mansiysk y Linares el segundo. Ahora Oleiny encabezará la selección, por su posición en el ranking. De seguro el capitán Arencibia confía en que la santiaguera mantenga sus excelentes desempeños olímpicos, pues en las participaciones de 2008 y 2010 ella conquistó 14,5 puntos, de 19 posibles.
Los otros tableros serán defendidos por la granmense Piña, quien intervendrá en su séptima Olimpiada, y Arribas participará en su duodécima. Ambas han estado en los peores momentos del ajedrez femenino cubano (lugar 30 en la cita de Bled, 2002 y puesto 25, en Dresde, 2008), aunque también en el mejor: 2010. Sus desempeños serán fundamentales en la ubicación final del equipo, porque ellas enfrentarán a rivales de menor nivel y, en estos casos, la veteranía es un elemento muy favorable.
La holguinera Llaudy debutará en Olimpiadas. Su ELO es el octavo del país, 2264, pero es una jugadora en ascenso y Arencibia podría utilizarla en el cuarto tablero, y así dar descanso a quien haya intervenido en más partidas.
Al igual que en citas anteriores, los organizadores turcos prepararon un torneo de 11 encuentros para cada equipo, por el Sistema suizo, en el que el ganador del match recibe dos puntos. Si hubiera un empate, entonces se repartiría la unidad; mientras el derrotado no sumaría unidades.
ESTADÍSTICAS DEL EQUIPO FEMENINO CUBANO EN OLIMPIADAS
– La selección nacional ha intervenido en 13 Olimpiadas
– La mejor actuación fue la de Khanty-Mansiysk, donde el equipo finalizó en la cuarta posición
– Tres jugadoras cubanas han logrado medallas en Olimpiadas: Zirka Frómeta, bronce en 1986; Oleiny Linares, plata en 2008 y Yaniet Marrero, oro en el tercer tablero, en 2010
– Las cubanas han efectuado 544 partidas. Triunfaron en 233, empataron 154 y perdieron 157
– El equipo ha intervenido en 174 matches, con balance de 87 éxitos, 31 empates y 56 derrotas
– La jugadora de más experiencia en Olimpiadas es la Gran Maestra santiaguera Maritza Arribas. Ella ha competido en 11 citas (la de 2012 será su duodécima), con un récord de 45 victorias, 36 tablas y 33 reveses