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Recompensas para golpear en la NFL


El fútbol americano es uno de los deportes más completos y, al mismo tiempo, más violentos que existen en el mundo. La NFL adoptó algunas medidas, con el objetivo de disminuir los golpes dentro de los terrenos; sin embargo, el escándalo del “programa de recompensas” para lesionar a los rivales, ejecutado por los Santos de Nueva Orleans ha provocado no pocas dudas sobre la limpieza de los partidos.

En Nueva Orleans celebraron por todo lo alto el triunfo de los Santos sobre los Colts de Indianápolis, en el Súper Bowl XLIV, en 2010. El equipo, dirigido por Sean Payton, tuvo una brillante temporada y, de inmediato, los jugadores y técnicos se convirtieron en ídolos para una ciudad devastada por el paso del huracán Katrina.

Los Santos, con el mariscal de campo Drew Brees al frente de una poderosa ofensiva, también mostraban, en ocasiones, destellos de una defensa implacable. De seguro nadie imaginó, en ese momento, que 22 jugadores del equipo recibieron dinero cada vez que lograron lastimar a un rival. Ese “programa de recompensas” comenzó en 2009 y solo se conoció, de forma oficial, después del final de la temporada 2011-2012.

La NFL condujo una investigación interna que reveló las sucias estrategias seguidas por directivos de los Santos. Por ejemplo, el defensor que pusiera nocaut a un contrario obtenía 1500 dólares en efectivo; mientras que una acción violenta que provocara la salida del terreno, en camilla, de un rival representaba 1000 dólares.

El problema creció luego de la publicación de un video—filmado por el documentalista Sean Pamphilon— donde aparecía Gregg Williams, el ex-coordinador defensivo de los Santos, con un discurso nada agradable, porque pedía a sus jugadores que “fueran a la rodilla” de un corredor de los 49ers de San Francisco; además, que “averiguaran” si un recibidor abierto de esa selección aún sufría por una conmoción cerebral y, por último, ofrecía una recompensa especial por lesionar al mariscal de campo Alex Smith.

La repercusión de las acciones de los Santos ha sido enorme y en esto también han influido los resultados de varios estudios que demuestran los diversos daños físicos, a corto y largo plazo, que reciben los jugadores de la NFL. Además, la Liga enfrenta una demanda por homicidio culposo, presentada por la familia de Dave Duerson, ex-atleta de los Osos de Chicago, quien se suicidó en 2011.

Por tanto, que un equipo aliente y pague a sus atletas por aumentar la rudeza sobre los rivales es una pésima noticia para la NFL, que continúa siendo la liga profesional más seguida en Estados Unidos; pero que no ha encontrado todavía la fórmula para detener la violencia.

El comisionado de la NFL, Roger Goodell, tomó fuertes medidas durante la campaña 2011-2012 contra los jugadores que provocaron lesiones a los contrarios y esto despertó polémicas entre algunos defensores de los golpes, como “elementos identificadores” del fútbol americano.

Quizás lo más preocupante sea que al conocerse las “recompensas” de los Santos, otros atletas—que pidieron el anonimato a la versión online de ESPN deportes— declararon que esta era una práctica común en la NFL y que no pocos técnicos incentivaban a sus defensores, para que probaran la tolerancia al dolor de los rivales, sobre todo los que habían sufrido una lesión en juegos anteriores. «Solo estás tratando de ganar el partido. Es un negocio y queremos atacar la debilidad de nuestro contrario en los negocios”, aseguraron.

Estas palabras no fueron bien recibidas; pero al analizar los golpes en la cabeza después de terminada una acción y la gran cantidad de jugadores que pasaron por el quirófano, en 2011, no es difícil comprender que, lamentablemente, ha crecido la rudeza en la NFL.

Como se esperaba, Goodell sancionó, con mucha fuerza, a los directivos implicados en el “programa”. El entrenador principal, Sean Payton, no podrá trabajar en la temporada 2012, porque sabía de la existencia de esa estrategia y no hizo nada para detenerla; mientras que el gerente general de los Santos, Mickey Loomis, fue suspendido por los primeros ocho encuentros de la siguiente campaña y el asistente, Joe Vitt, cumplirá una sanción de cuatro partidos. Para la franquicia de los Santos, el castigo económico fue de 500 mil dólares y la pérdida de los turnos de segunda ronda en los drafts de 2012 y 2013.

Este nuevo escándalo parece mucho más grave que el publicitado “spygate”, de 2007, que involucró al directivo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Bill Belichick. El laureado técnico fue multado con 500 mil dólares por ordenar la grabación ilegal de videos, con las señales dadas por los rivales en no pocos desafíos. Esa polémica debilitó la credibilidad de los Patriotas y ahora el “programa de recompensa” de los no tan santos entrenadores y jugadores de Nueva Orleans, sin dudas, ya dañó la imagen del equipo y, probablemente, de toda la NFL.

Publicado en CubaSí

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