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La Champions no es lugar para pequeños

Durante mi visita al Museo del Real Madrid, con las 9 Orejonas
Esta vez no hubo casualidades en la Liga de Campeones de la UEFA: los cuatro clubes favoritos, Barcelona, Real Madrid, Bayern de Múnich y Chelsea, dejaron atrás a sus rivales y continúan en su lucha por levantar el trofeo de clubes más codiciado del planeta. Realmente estos cuartos de final fueron aburridos y solo el duelo entre el Barca y el Milán A.C tuvo algún morbo; mientras los otros matches provocaron no pocos bostezos.

El Barcelona llegó al Camp Nou obligado a ganar y cumplió ese objetivo; aunque sus detractores vuelvan a señalar que el árbitro mostró algún favoritismo hacia los culés. ¿Qué partido habrán visto esos críticos “imparciales”? El triunfo no fue fácil; pero no creo que nadie esperaba que el líder del Calcio, con una plantilla multimillonaria, se entregara por completo al Barca. Por quinta ocasión consecutiva los catalanes están en la semifinal de la Liga de Campeones y con eso igualaron un récord de…sus archirrivales.

Los madridistas sudaron, probablemente frío, en el partido de ida en Chipre; pero cayeron tres goles y con ese total sabían que pasearían la distancia ante un rival muy inferior y que todavía, en esta era de clubes grandes, no me explicó cómo pudo avanzar tanto. En el “Bernabéu” hubo un baile, sin mucha celebración, porque hasta los súper egos del Real Madrid—liderados, lógicamente, por “me siento suave-me siento rico”, CR7—comprendían que no valía la pena festejar tanto.

El match más reñido fue el del Chelsea contra el Benfica portugués. El 1-0 en Stamford Bridge fue un resultado lógico; pero me sorprendió que, como locales, los del Benfica no hicieran más daño. Por último, el Bayern de Múnich incluso se dio el lujo de dejar en el banco, en el encuentro de vuelta, a Arjen Robben y a su goleador, Mario Gómez. De todas formas, paseó la distancia ante el Marsella que mostró muy poco.

Entonces llegamos a una semifinal con cuatro de los principales clubes en Europa. De ellos solo el Chelsea no sabe lo que es levantar la “Orejona”—¿se acuerdan de aquel penal fallado, en la final de 2008, ante el ManU?—y me parece que es el que tiene menos posibilidades, así que el Barcelona jugaría su segunda final consecutiva de la Liga de Campeones. Los seguidores de los “blues” me podrían criticar mi mala memoria, pues en la semifinal de de 2008-09 solo el gol de Iniesta, en el minuto 93, salvó a los culés y el árbitro se retiró del terreno, chiflado por los fanáticos y los jugadores, entre ellos Didier Drogba. La “versión 2012” del Barcelona no ha sido la más convincente; pero no creo que alguien se atreva a no considerarlos favoritos.

La otra semifinal sacará chispas. El Bayern quiere estar en la final que se disputará en su estadio; sin embargo, para estar allí tendrá que pasar por el cerrojo defensivo de José Mourinho y la efectividad goleadora de CR7, acompañado por Benzema, Higuaín y un recuperado Kaká. La temporada del Madrid—excepto cuando enfrenta al Barca—ha sido perfecta y los considero favoritos para vencer a los germanos.

¿Final inédita de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Real Madrid? Voto por ella, con las dos manos.

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