La noticia ha sido replicada en casi todos los medios online de Cuba y, por supuesto, también ha tenido un impacto en la blogosfera: después de una interrupción de 16 años, regresan los topes de béisbol entre Estados Unidos y la selección nacional.
Estos son los hechos, a partir de las declaraciones del tercer vicepresidente de la IBAF, Antonio Castro quien parece tener más voz en la Federación cubana que su propio presidente, Higinio Vélez:
– El tope está pactado a cinco partidos.
– Todos se efectuarán en el estadio “Latinoamericano”, de La Habana, entre el 5 y el 9 de julio.
– Los norteamericanos vendrán con sus mejores peloteros universitarios (es decir, todos amateurs).
– El presidente de USA Baseball, Paul Seiler, dejó abierta la posibilidad de incluir en un futuro a jugadores profesionales, según los intereses de ambas partes.
– Las dos delegaciones pactaron jugar en el verano del año próximo en suelo estadounidense y, según Seiler, esos partidos se desarrollarían en las ciudades más importantes del país.
Me parece que retomar los topes es una buena idea. Recuerdo los enfrentamientos de los años noventa (presencié el primero en 1990) y casi todos los partidos tuvieron una alta calidad. Todavía no se había aprobado la participación de profesionales en los eventos internacionales del béisbol; sin embargo, había un alto nivel en los universitarios y varios de ellos luego se convirtieron en estrellas de las Mayores. (Recuerdo a un muy joven Jason Giambi, a Nomar Garciparra en el 92, a Charlie Johnson, a Barry Bonds todavía más atrás, también a Tino Martínez y Robin Ventura, entre otros).
Por tanto, jugar contra ellos será beneficioso para la selección cubana y no dudo que ese equipo universitario (con peloteros que más tarde integrarán el draft de la MLB) pueda derrotar, en más de una ocasión, a la selección nacional. Aquí tenemos un interesante dilema: si perdemos, quedará demostrado, una vez más, que la pelota cubana atraviesa por un pésimo momento; pero, por el contrario, si en el Latino llovieran los cuadrangulares (no creo que suceda eso), entonces reaparecería el triunfalismo.
Entonces, ¿llevará Cuba a una selección nacional o, por el contrario, presentará a un equipo universitario? La segunda variante me parece más lógica; pero ante los pocos eventos internacionales, no me extrañaría que la Federación decidiera presentar a sus mejores hombres.