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¿Envejecerá Zlatan Ibrahimovic en el Milán?

Un mismo estadio, una misma ciudad...equipos y fanáticos diferentes

Zlatan Ibrahimovic aseguró al llegar a su nuevo club, el Milán AC, que no se iría de allí sin antes “ganarlo todo”. Por todo, yo entiendo que el sueco quiso decir la Liga de campeones, Calcio, Copa de Italia y otros eventos en los que intervenga el equipo cuyo dueño es el siempre polémico Silvio Berlusconi; pero, realmente, no creo que Ibrahimovic cumpla su palabra. Ni el Milán podrá ganar todo eso…ni el atacante jugará por más de un lustro en San Siro.

El jugador que ha costado una mayor cantidad de dinero en la historia por su traspaso no triunfó en el mejor club del mundo, el Barça; pero tampoco pudo hacer mucho por su selección, Suecia, que quedó fuera del Mundial de Sudáfrica. Por tanto, creo que el Barcelona hizo muy bien al salir de este futbolista que se había convertido en una distracción para la plantilla.

Ibra, como lo llaman, asegura que el director técnico Pep Guardiola la tenía cogida con él y tal vez hubiera algo de esto; sin embargo, nadie podrá negar que el sueco, comprado nada menos que por 40 millones de euros al Inter, se despidió del Camp Nou con apenas un gol memorable (el que le anotó al Real Madrid) y fue suplente en la mayoría de los partidos importantes, por lesión o bajo rendimiento.

Quizás la llegada de Ibra al Milán ayude a los rossoneros a mejorar en el Calcio y por lo menos comenzaron bien la actual temporada; pero no considero que un solo jugador pueda revertir la suerte de un equipo que tiene a rivales más fuertes, como el Inter y la Roma.  Zlatan y su nada diplomático representante, Mino Raiola, están conscientes de que el Milán solo ha ganado un Calcio en la última década.

De cualquier forma, el traspaso de Zlatan fue un movimiento con el que todos salieron ganando: el Barça porque se ahorrará dinero y un dolor de cabeza en el vestuario que podría conspirar contra la concentración del club; el Milán porque obtuvo a un atacante de gran potencia física y un ego enorme que incluso aceptó una reducción de su salario (9 por 8 millones) y también el sueco ganó porque podría tener menos presión, lejos del Camp Nou, donde las cosas, definitivamente, no le salieron bien. No obstante, los silbidos no faltarán en las gradas del San Siro-Giuseppe Meazza cuando se produzca el duelo histórico Inter-Milán. Los fanáticos de los campeones de seguro no tienen mala memoria.

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