Después de su brillante triunfo en el inicio del match por el título mundial de ajedrez, en Singapur, dos preguntas rondaban el tablero: ¿se lanzaría Ding Liren, con todo, en pos del rey negro de Gukesh? ¿trataría el indio de entablar, sin grandes apuros, para buscar el empate en el duelo, en la tercera partida, con blancas? Las respuestas aparecieron en menos de tres horas: No y Sí.
El actual campeón quiso sorprender nuevamente (ya lo hizo el día anterior con la Francesa) y optó por e4 (nunca ha sido su opción favorita) y sobre el tablero apareció la Giucco Piano que se ha vuelto muy popular entre los jugadores de la elite. El chino innovó con 9.a5 y su estructura de peones (dos doblados) no parecía tan débil. Las damas salieron del tablero y se llegó a un final de dos torres, dos caballos y los ocho peones, para cada uno.
En el movimiento 20, llegó el momento clave para Ding. Si se lanzaba con h4, había partida…pero, el campeón prefirió la variante que lo llevaba directo a la habitación del hotel, a descansar: Ce2. Gukesh no lo pensó mucho para aceptar el ofrecimiento del chino y repitieron jugadas.
«Mi idea básica era jugar con cuidado, y estaba conforme con las tablas, dijo Ding, en la conferencia de prensa. Y le creímos.
Foto: publicada en la cuenta en X de la FIDE