Harvey Schiller estaba seguro que el béisbol regresaría al programa olímpico. Era 2007 y los delegados de la Federación internacional de este deporte confiaron en los vínculos del norteamericano con las Grandes Ligas, así que lo eligieron presidente. Dos años después, la pelota quedó excluida definitivamente de la cita estival de 2016 y Schiller prefirió ni siquiera presentarse a un nuevo mandato.
En una de sus últimas entrevistas como titular de la Federación (IBAF, por sus siglas en inglés), Schiller enumeró algunos de los logros de su gestión: la creación de un ranking mundial—que domina Cuba, aunque no haya ganado un torneo importante en más de 24 meses—, la extensión de la Copa Mundial a varias ciudades europeas en 2009, la creación de un Comité internacional de béisbol femenino y la aplicación del reglamento de la Agencia mundial antidopaje a todas las competencias internacionales.
Cuando le preguntaron sobre su mayor decepción, la respuesta fue muy lógica: “el fallido intento por reinstaurar el béisbol a las Olimpiadas. Incluso en ese proceso creo que aprendimos cómo hacer crecer a este deporte, sin que sea olímpico. Las Olimpiadas tal vez no quieran al béisbol; pero la pelota siempre seguirá el ideal olímpico.”
La decepción se comprende más si se analiza que Schiller quiso mostrarse ante el mundo como el único con la capacidad suficiente para lidiar y obtener el apoyo de la Major League Baseball (MLB). Ese supuesto apoyo quedó reflejado en el segundo Clásico Mundial que tuvo un gran éxito desde varios puntos de vista, especialmente el comercial; sin embargo, hubiera sido imprescindible obtener un real compromiso hacia las citas estivales. Este nunca apareció.
No parece ser un secreto que el Comité olímpico internacional (COI), liderado por el belga Jacques Rogge, ya tenía decido de antemano que sus modalidades deportivas favoritas para ingresar al programa de Río de Janeiro, en 2016, eran el golf y el rugby; no obstante, la eliminación del béisbol fue mucho más fácil porque la IBAF no pudo garantizar la presencia de las principales estrellas de las Grandes Ligas, ni tampoco un comprometimiento con las reglas de la Agencia mundial antidopaje.
La lucha contra el doping fue uno de los puntos positivos defendido por Schiller en el resumen de su gestión; pero ¿realmente hubo grandes avances? Es cierto que en los torneos se realizaron múltiples exámenes y se detectaron varios casos, sobre todo en el Clásico mundial. El boricua Geovany Soto y el holandés Sidney Ponson tuvieron pruebas positivas y fueron separados por la IBAF de las competencias internacionales por dos años; pero la MLB no se molestó en aplicar la más mínima de sus sanciones. Por tanto, el béisbol lució—y está— dividido en dos mundos: el que dirige la IBAF y la MLB.
Schiller abandona su posición, aunque su nombre quizás continúe siendo recordado en cada torneo de la IBAF donde se mantenga su polémica regla para decidir partidos de extrainnings. La idea de colocar a dos hombres en base antes del inicio de cada entrada, con el objetivo de acortar el tiempo de duración de los encuentros, comenzó a funcionar en la Olimpiada de Beijing; sin embargo, no ha tenido muchos adeptos y no se aplica en ninguna liga del mundo.
El panorama que recibe el italiano Riccardo Fraccari, elegido unánimemente decimosexto presidente de la IBAF, es muy complejo. El nuevo titular que comenzó su vida en el béisbol como árbitro tendrá que encontrar respuestas a varias interrogantes e implementar iniciativas que ayuden a mejorar la imagen del béisbol.
Quizás el principal dilema de Fraccari esté relacionado con las citas estivales. Luego del fracaso en Copenhague, Schiller declaró en varias ocasiones que el béisbol no debería continuar su lucha por reingresar al programa oficial de 2020. “Si el movimiento olímpico nos quisiera de regreso, estaríamos abierto a eso; no obstante, mantener la pugna lo considero una pérdida de tiempo”, aseveró el estadounidense.
Fraccari sostiene un criterio muy similar al de Schiller, por lo que tal vez el tema olímpico no ocupe un espacio primordial en las próximas agendas del nuevo Comité ejecutivo, en el que aparece como tercer vicepresidente el cubano Antonio Castro; aunque sería un grave error abandonar los esfuerzos por retornar a las citas estivales.
De acuerdo con Fraccari, “es necesario continuar fortaleciendo el deporte y la Federación, elementos estos que ayudarán a probar al COI que necesita al béisbol de regreso en su programa.”
Entre las acciones que podría emprender la IBAF para lograr sus objetivos está la posible creación de un Mundial de clubes en el que compitan los campeones de las principales ligas del mundo, una iniciativa que ha funcionado muy bien para otras modalidades; pero que podría encontrar muchas reticencias, en especial en la MLB donde los Yankees de Nueva York son los actuales monarcas.
Un incremento del intercambio con las ligas parece ser otra de las ideas principales de Fraccari quien ya anunció la posibilidad de ofrecer altos puestos en el Comité ejecutivo de la IBAF a representantes de estas ligas. Además, el presidente consideró imprescindible establecer un diálogo más productivo con la Federación internacional de softbol que podría llevar a la presentación de una opción conjunta que propicie el retorno de ambos deportes a las Olimpiadas.
Los retos de Fraccari son enormes. El hombre que treinta años atrás decidía si un lanzamiento era strike o bola, ahora tiene la responsabilidad de dirigir a una organización sui géneris en el mundo del deporte, porque nadie ignora que, aunque la IBAF tenga el reconocimiento internacional, en realidad necesita, quizás como ninguna otra, de un diálogo constante con las ligas profesionales y esto, en la mayoría de las ocasiones, no resulta nada fácil.
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Portazo olímpico al béisbol
Publicado en Cubasí
Es que existen dos mundo en cuanto a baseball se refiere..las ligas profesionales y las olimpicas…desgraciadamente prima el factor dinero en ellas…el amor al deporte es cosa del pasado..los dollars pesan mas desgraciadamente para el deporte…Saludos..Por cierto …por motivos de negocios estuve una larga temporada en China y me impresionaron algunos equipos de baseball que tuve ocasion de ver….hay que seguirlos..
Saludos y bievenido de regreso ! Creo que aunque los USD ciertamente primen por encima de cualquier otro valor esto mismo sucede con el baloncesto de la NBA y ellos sí asisten a las Olimpiadas y también al campeonato mundial. Es cierto que no coincide con el calendario (qué pasaría si la Olimpiada comenzara en abril ? Fácil, la NBA no asistiría pq no creo que los dueños acepten detener su campeonato). Entonces, creo que el problema del béisbol pasa por un mayor diálogo entre la Federación internacional y la MLB, tal y como ocurre con el resto de las modalidades. Sin dudas no parece un diálogo simple, pero desde mi punto de vista es imprescindible
Miguel….Tienes razon…pero en la NBA no siempre asisten los mejores jugadores…tienen otras prioridades,,,pero creo, como tu, que el dialogo es dificil, pero deseable y posible,,,Saludos..cruzemos los dedos…..
Saludos, es cierto que ha existido desinterés en múltiples momentos de la NBA (para el olvido este deporte en las Olimpiadas de Sydney y Atenas, aunque por supuesto que disfruté el triunfo argentino) pero ya en Beijing sí asistieron muchas de las estrellas, sobre todo norteamericanas y el resultado fue un torneo espectacular. Por qué no sucede lo mismo con el béisbol ? Me parece que la Federación internacional es muy débil y los intereses de la MLB priman por encima de cualquier otra cosa. Schiller tuvo siempre muchos vínculos con la MLB, pero tampoco pudo lograr un comprometimiento real con las Olimpiadas. Sencillamente no interesan y por eso sus palabras de despedida (es decir, que el béisbol no optara por regresar en 2020) mostraron una decepción total. Creo que ese regreso solo será posible cuando dos cosas muy difíciles se logren resolver en un futuro inmediato: el problema del doping, que incluya sanciones realmente fuertes contra los tramposos en las Mayores y un mecanismo que posibilite un mayor involucramiento de la MLB con las citas estivales. Cuál de las dos parece más compleja ?
Miguel…Creo que el dopping en la MLB esta bastante controlado…..porque la prensa y la propaganda negativa que conlleva les tumba muchos patrosinadores a los peloteros…los peloteros, muchos de ellos, ganan mas anunciando un producto que sus altos sueldos….ellos lo saben…se les dana la imagen y el bolsillo…Saludos
Saludos. Yo realmente quisiera creer que el doping está controlado en la MLB, pero me parece que todavía no es así, sobre todo pq las sanciones son muy leves, 50 juegos, aunque signifiquen pérdidas millonarias para los jugadores pq pierden credibilidad y nadie los quiere contratar para publicitar sus productos, pues no luce como una sanción «convincente»; además, la lista de sustancias es muy corta todavía. Ojalá que para la próxima campaña las principales noticias se concentren en el desempeño en el terreno y no en los escándalos de Alex, Sammy Sosa y compañía, saludos
Sucede Miguel..que muchos cientificos no se han puesto de acuerdo a que llamar ‘sustancia controlada»..tenemos el ejemplo de la creatina [son aminoacidos ] que se consideran suplementos deportivos ..La GHF la hormona del crecimiento,..no aprobada por la FDA..pero no prohibida como suplemento….sustancia steroid-like..que no son esteroides pero que actuan similar..y un numero indeterminado de sustancias como suplementos nutricionales que estan en el border line….ademas, hay mucho negocios y dinero por medio y el baseball es un espectaculo….rentable…MIs afectos..Bye