Todavía no había sonado el silbatazo inicial de la Copa Mundial en Rusia y ya la FIFA había decidido, en su Congreso, que la edición de 2026 sería acogida por primera vez por tres países: Estados Unidos, Canadá y México. El enorme tiempo de antelación—nada menos que ¡ocho años!— se explica porque este evento cada vez es más costoso y los organizadores necesitan mayores plazos para afinar todos los detalles y reunir un presupuesto que produce vértigo. Rusia lo sabe muy bien, porque el gasto total del certamen alcanzó los 10 800 millones de dólares, la mayor cantidad en la historia de casi nueve décadas del Mundial.
La abultadísima cifra la asumió en su mayoría el Gobierno de Vladimir Putin, que desembolsó un 55% del presupuesto; mientras, cerca de 2800 millones de dólares fueron aportados por inversores privados y otros 1280 millones los asumieron las regiones en las que se celebrarán partidos de la Copa.
La mayor parte de la inversión estuvo destinada a la construcción de nuevos estadios y a la remodelación de los ya existentes. La Copa Mundial se jugará en 12 instalaciones y la más costosa de todas ha sido, por mucho, la de San Petersburgo, que tardó diez años en levantarse, con una inversión de casi 1300 millones de euros. Después aparece el estadio de Sochi, inaugurado en 2013, que acogió los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno, en 2014, y que tuvo un costo de 446 millones de euros.
El Comité Organizador del Mundial reconoció que este evento ya ha incidido en el aumento del 1% del Producto Interno Bruto desde 2013 y se espera que, para el período 2019-2023, deje unos 2545 millones de euros en la economía rusa. Desde que se designara a Rusia como sede de la Copa, en 2010, hasta la actualidad se han creado más de 220 mil puestos de trabajo. Por tanto, si colocamos en una ecuación las inversiones en la red de transporte, los servicios, infraestructura, hostelería, instalaciones médicas, empleos, pues entonces podemos entender cuando muchos aseguran que ya Rusia ganó el Mundial económico.
LA FIFA Y SU DANZA DE LOS MILLONES
La Copa Mundial es el gran negocio de la FIFA que recibe millones de dos fuentes principales: la venta de los derechos televisivos y los patrocinadores. La retransmisión de los partidos en gran parte del mundo le permite a la FIFA obtener casi 3500 millones de dólares; mientras, los 15 socios comerciales le entregan más de 1500 millones de dólares.
Los escándalos de corrupción en la organización, que incidieron en la expulsión del anterior presidente, el suizo Joseph Blatter, provocaron la salida de patrocinadores tradicionales como Sony, Castrol, Continental, Marfring y Johnson & Johnson; pero, en su lugar, entraron varias empresas chinas como Hisense, Vivo y Mengniu.
Socios de mucho tiempo como Adidas, Coca-Cola, Visa y Hyundai-Kia mantuvieron su apuesta por el Mundial; además, el presidente Gianni Infantino convenció a Qatar Airways y sumó a Gazprom, una de las mayores empresas rusas. No obstante, de acuerdo con las previsiones de la FIFA, la entidad generará un 8,2% menos que en Brasil 2014.
CAMISETAS AL POR MAYOR
Tres marcas, Nike, Adidas y Puma, visten a la gran mayoría de las 32 selecciones que compiten en este Mundial. Las tres empresas esperan comercializar casi 15 millones de camisetas, mucho menos que durante la Copa de 2014; pero, de cualquier forma, un gran negocio, ya que, según datos de la consultora PR Marketing, recogidos por Bloomberg, si analizamos que las camisetas originales tienen un precio que ronda los 90 euros, entonces las ventas se aproximarán a los 1350 millones de euros…en un solo producto. A esto habría que añadir el ingreso que se genere por la adquisición de bufandas, zapatillas y otros tipos de accesorios alegóricos a la Copa.
LOS PREMIOS DE LA FIFA
En esta Copa Mundial, la FIFA otorgará 400 millones de dólares en premios a las selecciones nacionales y para la siguiente cita, en 2022, la cifra crecerá hasta 440 millones. ¿Cómo se distribuye el dinero? El campeón obtendrá 38 millones, tres más de los que recibió Alemania al superar a Argentina, en 2014 y nueve más que los logrados por España, al titularse en Sudáfrica 2010. El equipo que pierda la final se llevará 28 millones; mientras, el ocupante del tercer lugar percibirá 24 millones, dos más que el que finalice en el cuarto puesto. Cada una de las 32 Federaciones que compiten en Rusia ya aseguraron un mínimo de nueve millones de dólares, más otros 1,5 millones como financiamiento por los costos de preparación para la competencia.
Además, la FIFA entrega a los clubes dos fondos: uno de 209 millones de dólares (un 199% más que lo otorgado en Brasil 2014), como compensación por ceder a sus jugadores para la Copa y otro de 134 millones para compensar lesiones.