Los actuales campeones del béisbol japonés, Fukuoka Softbank Hawks, sin dudas confían en la calidad de los peloteros cubanos. En la temporada anterior ganaron la pugna por firmar a Alfredo Despaigne tras poner sobre la mesa poco más de 15 millones de dólares y el granmense respondió con una sólida campaña de 35 cuadrangulares; además, contrataron al zurdo pinareño Liván Moinelo y este también sobresalió como parte del cuerpo de relevistas. Otro cubano muy talentoso y joven, Oscar Luis Colás, sigue tratando de abrirse camino en la segunda selección.
Para 2018, el Fukuoka decidió completar su plantilla de jugadores extranjeros (se permiten 4) con otro cubano: el matancero Yurisbel Gracial, de 32 años. Creo que gran parte del contrato (poco más de 500 mil dólares por una temporada) lo obtuvo Gracial gracias a su actuación en el Clásico Mundial de 2017. Recordemos que en el primer partido ante Japón, en el Tokio Dome, el matancero bateó de 4-2, con dos dobles y dos impulsadas. Después, en el partido de la segunda etapa, Gracial también castigó al pitcheo nipón, nuevamente de 4-2, con un doble, un cuadrangular y otras dos impulsadas. En total, en ese certamen promedió 435, con 10 imparables, cuatro dobles, un jonrón y cuatro impulsadas. Luego, Gracial volvió a brillar en la Liga Can-Am, con los Capitales de Quebec. A todo esto se añade que el cubano es un jugador versátil, que puede defender varias posiciones (segunda, tercera, campo corto y también el jardín derecho, como hizo en la 60 edición de la Serie del Caribe, efectuada en Guadalajara).
¿Podrá llegar y mantenerse Gracial en el primer equipo de los Hawks? No será nada fácil. Frederich Cepeda y Roel Santos no cumplieron con las expectativas y no volvieron a Japón; mientras, Despaigne ya es una súper estrella y Moinelo garantizó dos años más de contrato. Estas son dos caras de un béisbol que, a día de hoy, con el congelamiento entre Washington y La Habana, es la única opción realmente interesante para los peloteros cubanos que siguen viviendo en el país.