Sus nombres de seguro nunca serán tan recordados como los de Pelé, Alfredo di Stefano, Maradona, Johan Cruyff, por solo citar a cuatro de los mejores jugadores de la historia del fútbol; pero Birgit Prinz, Mia Hamm, Kristine Lilly y Marta Vieira da Silva también han vivido grandes momentos en las canchas del más practicado de los deportes.
Todas ellas han intervenido en la mayoría de las ediciones del Campeonato Mundial de fútbol para mujeres, un torneo surgido en 1991, que ha ido ganando seguidores y hoy es uno de los eventos más importantes organizados por la Asociación Internacional de Federaciones (FIFA, por sus siglas en inglés).
La vida de estos Mundiales comenzó en 1986, durante la celebración de campeonato del orbe de los hombres, cuando el entonces presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, aprobó la idea que se convertiría en realidad cinco años más tarde, en 1991, en China.
En aquella cita inaugural, con la presencia de 12 selecciones, las norteamericanas, sin dudas el equipo más completo de la década de los noventa, vencieron en la final a las noruegas por dos goles a uno. La jugadora más completa del torneo fue Carin Jennings; aunque sin el aporte de las 10 anotaciones marcadas por Michelle Akers, un récord todavía vigente, no hubiera llegado el título.
El éxito del Mundial acabó por convencer a los indecisos, no solo de las posibilidades deportivas, sino también de las económicas. A partir de 1991 la FIFA determinó que el torneo se celebraría cada cuatro años y estableció el sistema clasificatorio, con plazas distribuidas entre las seis confederaciones existentes. Los intentos por aumentar la cantidad de equipos a 24, como sucedió con los hombres que cuentan actualmente con 32, no han fructificado, quizás porque la diferencia de calidad de las selecciones de chicas es más evidente.
Cuatro años después, en la segunda versión, otra vez con 12 participantes y Suecia como sede, las noruegas alcanzaron la Copa al derrotar a Alemania por dos a cero; mientras las hasta entonces campeonas, las estadounidenses, terminaron con las medallas de bronce.
La expansión era imprescindible y en el tercer Mundial, jugado en Estados Unidos, en 1999, la FIFA accedió a incluir 16 equipos y este fue un torneo donde abundaron las marcas. Por ejemplo, a la gran final avanzaron las locales y las chinas. El desafío concluyó en el tiempo reglamentario sin anotaciones, ante una asistencia impresionante en el estadio Rose Bowl de Pasadena, California, de más de 90 mil personas y en la tanda de penales, las norteamericanas tuvieron mejor puntería que sus rivales y triunfaron por cinco a cuatro.
En 2003 la FIFA le otorgó la sede a China; sin embargo, la nación más poblada del planeta no pudo organizar el evento por problemas con el síndrome respiratorio agudo (más conocido por sus siglas, SARS) y en su lugar Estados Unidos volvió a acoger el Mundial.
Contra todos los pronósticos, las titulares vigentes quedaron fuera de la final y al desafío por la corona llegaron las alemanas y las suecas. Aquel fue un partido muy intenso que se decidió en la prórroga cuando las germanas marcaron el segundo y decisivo gol. Ese evento marcó la consagración de Birgit Prinz como una de las grandes estrellas del fútbol para mujeres, pues la teutona anotó siete goles, líder, y fue elegida como la atleta más completa.
La actuación de Prinz fue tan convincente que incluso el presidente del club italiano Perugia le ofreció un contrato para jugar en la fortísima Serie A del Calcio; pero la Prinz declinó la oferta y de esta manera desapareció la oportunidad de ver, por primera vez, a una mujer sobre un terreno de fútbol en un equipo de hombres.
El dominio alemán se extendió hasta la versión de 2007 que finalmente pudo ser organizada por China. En esa cita comenzó a sobresalir una joven mujer llamada Marta Vieira da Silva o simplemente Marta como le dicen todos. Gracias a sus siete goles Brasil estuvo en su primera final; sin embargo, las alemanas, lideradas por Prinz, pudieron más y vencieron por dos a cero y retuvieron su corona. No obstante el revés, Marta fue seleccionada la mejor jugadora.
La próxima edición del Mundial está prevista para el 2011 y las actuales campeonas tendrán la posibilidad de alcanzar el tricampeonato ante su público.
Hoy el fútbol femenino cuenta con más de 40 millones de practicantes y en Cuba, aunque su desarrollo todavía es muy pobre, ya las mujeres decidieron que ellas también pueden marcar goles.
Desde 1996 las futbolistas participan en citas estivales y aunque los títulos olímpicos y mundiales se reparten entre muy pocos equipos (Estados Unidos, Alemania, Noruega, Brasil) esto no quiere decir que no exista calidad en otras selecciones ¿acaso no sucede lo mismo con los hombres?
Publicado en Habana Radio