La desesperación de Magnus Carlsen es comprensible. Pocos pensaron que, a tres partidas del final del match por el título mundial de ajedrez, contra el ruso Sergey Karjakin, el prodigio noruego iría detrás en el marcador (5-4).
Carlsen no sabe lidiar con la derrota, básicamente porque…no suele perder. Domina el ranking mundial cómodamente hace más de cinco años, sus dos matches por la corona frente a Viswanathan Anand no fueron complicados y, para el duelo contra el “protegido de Putin”—entiendo que al presentar el match como una “confrontación Este-Oeste” aumenta el morbo y crecen las lecturas de los artículos online pero, hey, centrémonos en lo que realmente importa, o sea, lo que ocurre sobre el tablero—fue considerado el gran favorito.
El noruego pudo ponerse delante en el marcador en dos partidas consecutivas; pero no logró aprovechar posiciones en las que tenía ventaja. Por lo general, Carlsen es capaz de utilizar el más mínimo resquicio para convertir un empate en victoria; sin embargo, ante Karjakin dejó escapar dos oportunidades claras y…todavía lo está lamentando, porque después del tercer y cuarto cotejo, el match ha sido diferente.
Lo peor (para Carlsen, por supuesto), ocurrió en la octava partida. Después de siete tablas consecutivas, el (todavía) campeón mundial se desesperó y trató de forzar una posición en la que, tras estar perdido por equivocar el plan, en apuros de tiempo, logró llegar a un punto en el que tenía las tablas por jaque perpetuo…En ese momento, Carlsen siendo Carlsen optó por mantenerse frente al tablero y, como ya sabemos, es humano, volvió a equivocarse, con la diferencia de que, esta vez, Karjakin sí aprovechó el desliz para ganar el final.
El revés molestó tanto al noruego que decidió regresar al hotel sin atender a los medios de comunicación en la conferencia de prensa. ¡Pecado financiero en la era de Internet! De inmediato se activó la cláusula del castigo del 10% del premio (el match reparte 1 millón de dólares) por la indisciplina del campeón cabreado. Fui de los que pensó que, después de la derrota, el prodigio retornaría con más ímpetu. Pero…resulta que en la novena partida fue el retador el que estuvo muy cerca de colocarse 5,5-3,5. Carlsen supo defenderse en un final con peón de menos y mantuvo la esperanza; sin embargo, la sensación que queda es que, en cuatro días, podríamos tener un nuevo campeón mundial de ajedrez.
Vea además:
Descargue todas las partidas del match Carlsen vs. Karjakin [en .pgn]