El atletismo será uno de los deportes más seguidos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. En esta especialidad se repartirá el mayor número de medallas en la cita estival (47) y también será la que tenga un mayor número de competidores (más de 2000, provenientes de más de 200 países). No pocos esperan que la presencia de grandes estrellas, desde Usain Bolt hasta Allison Felix, combinada con una pista considerada por los organizadores y por el presidente de la IAAF, Sebastian Coe, como “muy rápida”, provoque la caída de varios récords olímpicos y mundiales.
¿Qué marcas podrían quedar atrás en estos Juegos? En PanamericanWorld les proponemos recorrer algunos de los posibles récords que tendremos en Río de Janeiro.
Todas las miradas estarán centradas en el portento jamaicano, Usain Bolt, quien ostenta el récord mundial y olímpico en 100 y 200 metros planos y en el relevo 4 x 100 metros. Parece poco probable que Bolt pueda superar sus espectaculares registros en citas estivales (9,63 segundos en los 100 metros, en Londres 2012 y 19,3 segundos en los 200, en Beijing, 2008); pero si lograra mantener la corona en estas dos modalidades habría impuesto un tercer doblete absolutamente impresionante. Además, tiene la posibilidad de alcanzar tres medallas de oro más, con las que llegaría a 9 y quedaría solo por detrás del estadounidense Ray Ewry, como los máximos ganadores de títulos en el atletismo.
Entre las mujeres, la mayor atención la recibirá la estadounidense Allyson Felix. La formidable corredora ha mostrado interés por intervenir en cuatro eventos (200 y 400 metros planos, así como en los dos relevos). Si llegara a lo más alto del podio en estas cuatro modalidades—una opción perfectamente realizable—habría igualado con la gran Fanny Blankers-Koen, la “holandesa voladora”, como las únicas mujeres con cuatro títulos en una misma Olimpiada.
En la cima de las máximas ganadoras de preseas en el atletismo olímpico se mantiene la fenomenal Marlene Ottey, quien siguió corriendo mucho más allá de los 40 años y, en total, conquistó nueve preseas. Esta cifra podría ser igualada—o superada— tanto por la jamaicana Verónica Campbell-Brown, quien acumula 7, como por Felix, que ha ganado seis.
El español Jesús Ángel García entrará, en Río, en el libro de récords olímpicos, no porque el ibérico pueda subir al podio en los 50 kilómetros marcha, sino porque esta será su séptima participación consecutiva en una cita estival, con lo que igualará la marca de Ottey, pero sí impondrá una nueva marca para los hombres.
Cuatro mujeres tratarán de hacer historia en Río, al luchar por un hecho inédito en el atletismo femenino: obtener un tercer título en línea, en una misma especialidad. Las candidatas son: la etíope Tirunesh Dibaba, en los 10 mil metros, la neozelandesa Valerie Adams, en el lanzamiento de la bala, la checa Barbora Spotakova, en la jabalina y la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, en los 100 metros planos. ¿Cuál de ellas parece tener más opciones? Indudablemente la pequeña Fraser-Pryce, quien reinó en esta distancia en el Mundial de Beijing, en 2015.
En el medio fondo hay muchas expectativas con la etíope Genzebe Dibaba, quien es la recordista mundial en 1500 y 5000 metros. ¿Podría superar sus propias marcas en Río? Quizás, aunque lo que sí luce más seguro es que la corredora, de 25 años, romperá los récords olímpicos en ambas distancias. Por ejemplo, en los 5000, el mejor registro en citas estivales pertenece a la rumana Gabriela Szabo, con 14:40.79; mientras, el récord mundial de Dibaba, impuesto en París, en 2015, es de 14:15.41. Así que, incluso a media máquina, la africana mejorará el tiempo de Szabo.
En el área de saltos, las mayores opciones de récords estarán en el triple masculino, especialmente después de lo vivido en el Mundial de Beijing, donde el estadounidense Christian Taylor rozó una de las marcas que lucía intocable: los 18,29 metros del británico Jonathan Edwards. En la capital china, Taylor quedó en 18,21 metros. El triple salto más largo en citas estivales lo protagonizó el estadounidense Kenny Harrison, con un estirón hasta los 18,09 metros, en Atlanta, en 1996. Si Taylor o el cubano Pedro Pablo Pichardo se presentaran en una buena tarde, en Río, podría caer el récord de Harrison…y, tal vez, hasta el de Edwards.
LOS RÉCORDS QUE NO CAERÁN EN RÍO DE JANEIRO
Como mismo es posible identificar récords que, por la calidad y actuaciones recientes de los principales atletas en esa especialidad, podrían quedar atrás, también hay otras marcas que, difícilmente sean superadas en los Juegos de Río.
La más impresionante de todas, por ser la de mayor antigüedad, es el salto largo de 8,90 metros del estadounidense Bob Beamon, logrado en la cita estival de Ciudad de México, en 1968. Este registro se mantuvo como récord mundial hasta que Carl Lewis y Mike Powell lo superaron, en Tokio, en 1991; pero se mantiene como récord olímpico. Si analizamos que en Beijing, 2008, triunfó el panameño Irvin Saladino, con 8,34 metros y, cuatro años más tarde, venció el británico Greg Rutherford, con 8,31 metros, entonces no es complicado pronosticar que el salto de Beamon no será superado en Río.
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