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Mundo loco: Josh Allen se convierte en el JMP de la NFL

El fútbol americano vive un momento de locura económica, y Josh Allen, el mariscal de campo de los Búfalo Bills, se ha convertido en el epicentro de esta fiebre millonaria. Ese equipo anunció una extensión de contrato récord, valorado en 330 millones de dólares por seis años, con 250 millones garantizados. Este acuerdo no solo lo consagra como el Jugador Más Pagado (JMP) en términos de dinero garantizado en la historia de la NFL, sino que también redefine el mercado de los quarterbacks y pone en perspectiva los contratos millonarios en todas las posiciones.

Un contrato que rompe récords

La extensión de Josh Allen, quien viene de ganar el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada 2024, supera todo lo visto antes en la liga. Los 250 millones garantizados eclipsan los 230 millones que Deshaun Watson recibió de los Cleveland Browns en 2022, hasta ahora el techo de la NFL.

Además, su valor promedio anual (AAV) de 55 millones de dólares lo coloca en el segundo lugar entre los quarterbacks, solo detrás de Dak Prescott de los Dallas Cowboys, quien ostenta 60 millones por año. Este contrato no solo premia el talento de Allen, sino también su impacto transformador en Búfalo, donde ha liderado al equipo a cinco títulos consecutivos de la AFC Este y lo ha convertido en contendiente perenne…aunque todavía tiene pendiente la “asignatura” de llegar a un Super Bowl.

El acuerdo también refleja una tendencia: los quarterbacks élite están elevando el estándar financiero. Patrick Mahomes, con su contrato de 450 millones por 10 años con los Kansas City Chiefs, sigue teniendo el mayor valor total, pero el enfoque en dinero garantizado —la verdadera medida de seguridad para los jugadores— pone a Allen en la cima. Comparado con otros como Joe Burrow (219 millones garantizados) o Lamar Jackson (135 millones), el salto de Allen es monumental.

El mercado millonario de la NFL: más allá de los quarterbacks

Aunque los mariscales de campo dominan las listas de los mejor pagados, otras posiciones también han visto contratos históricos. Este año, Myles Garrett, defensive end de los Cleveland Browns, firmó una extensión que lo convirtió en el no quarterback mejor pagado, con un AAV de 32.5 millones de dólares…pero la lista de nuevos contratos millonarios es extensa:

  • Pittsburgh Steelers firmó a DeKaylin Zecharius Metcalf por cinco años y 150 millones
  • Los Angeles Rams firmaron a Davante Adams por dos años y 46 millones
  • Los Philadelphia Eagles premiaron a su corredor Saquon Barkley con 4 años y $68.7 millones, de ellos $36 millones garantizados.
  • Los Indianápolis Colts le dieron a Charvarius Ward 60 millones por 3 años.

Sin embargo, el caso de Allen destaca por su contexto. Los Bills, un equipo históricamente cauteloso con el gasto, apostaron todo por su líder, ajustando su tope salarial y liberando veteranos como Von Miller para hacerle espacio. Esto subraya una realidad: en la NFL moderna, un quarterback franquicia vale más que cualquier otra pieza.

¿Qué significa esto para el futuro?

La extensión de Allen no solo es un triunfo personal, sino una señal del mercado inflado que viene. Con el tope salarial proyectado para crecer gracias a nuevos acuerdos televisivos, los contratos de 300 millones podrían volverse comunes. Para los Bills, el reto será rodear a su JMP con talento suficiente para alcanzar el esquivo Super Bowl.

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