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Mundo loco: ¡8 millones por 30 segundos de TV en el Super Bowl!

En 1967, una empresa podía anunciarse en el Super Bowl por $37,500. Hoy, en 2025, ese mismo espacio de 30 segundos cuesta $8 millones. Este año, el Super Bowl LIX romperá récords financieros: al menos 10 marcas pagaron más de $8 millones por un breve momento en pantalla durante el partido entre Kansas City Chiefs y Philadelphia Eagles. ¿Qué impulsa esta locura? La respuesta está en una combinación de audiencias masivas, estrategias innovadoras y una competencia feroz por capturar la atención en la era digital.

De $37,500 a $8 millones: La escalada imparable

El primer Super Bowl en 1967 fue un experimento publicitario. Con el tiempo, el evento se convirtió en un termómetro económico y cultural. En los años 80, los anuncios superaron el medio millón de dólares. Para el 2000, ya rondaban los $2 millones. En 2025, el salto a $8 millones marca un hito, pero también refleja un patrón: cada década, el costo se duplica o triplica. Este crecimiento no es casual. La audiencia del Super Bowl, que supera los 120 millones de espectadores en EE.UU., ofrece algo que pocos medios pueden igualar: atención unificada en un mundo fragmentado por el streaming.

¿Por qué 2025 es el año de la fiebre publicitaria?

Fox, encargada de transmitir el evento para Estados Unidos, vendió la mayoría de sus espacios en primavera de 2024. Sin embargo, la demanda tardía fue tan intensa que los precios subieron $500,000 por spot en semanas previas al juego. «Hubo empresas que inicialmente no planeaban anunciarse, pero el miedo a perderse la conversación global las hizo entrar en pánico», explica un ejecutivo cercano a las negociaciones. Incluso emergencias como los incendios en California jugaron un papel: cuando State Farm retiró su publicidad para enfocarse en la crisis, Fox revendió esos espacios a un precio aún mayor.

El streaming cambia las reglas

Por primera vez, Fox transmitirá el Super Bowl gratis en Tubi, su plataforma de streaming con anuncios. Esto no solo ampliará el alcance, sino que permitirá a los anunciantes llegar a millennials y Gen Z, demográficos que consumen más contenido digital. Además, la NFL y Fox introducirán «pausas flexibles», breves interrupciones durante tiempos muertos del juego para insertar anuncios adicionales sin afectar la experiencia de los espectadores.

¿Quién paga y por qué?

Este año, dos sectores sorprendieron: las farmacéuticas y las empresas de inteligencia artificial. Marcas como OpenAI y Pfizer aprovecharon el evento para humanizar su imagen. Por otro lado, las farmacéuticas buscaron educar sobre avances médicos, aunque sin mencionar precios de medicamentos, un tema polémico en EE.UU.

Adiós a los clásicos

Los automóviles, históricamente protagonistas, casi desaparecieron. Solo Stellantis (dueña de Jeep y Ram) mantuvo presencia, reflejando un año difícil para el sector. Tampoco hubo rastro de Netflix o Disney+: el declive del «streaming wars» redujo su interés en publicitar en TV tradicional. En cambio, Uber Eats y Taco Bell apostaron por el humor absurdo, con celebridades como Martha Stewart y Chris Pratt volviéndose virales incluso antes del juego.

Creatividad bajo presión: El arte de los $8 millones

Un comercial del Super Bowl no es solo un anuncio; es un proyecto de meses con equipos de escritores, directores y estrellas de Hollywood. Este año, Michelob Ultra gastó millones en un spot donde Willem Dafoe y Catherine O’Hara interpretan estafadores de pickleball. Por su parte, Hellmann’s revivió la icónica escena de «Cuando Harry conoció a Sally» con Meg Ryan y Billy Crystal, generando nostalgia y memes en igual medida.

El futuro: ¿Hasta dónde llegarán los precios?

Mark Evans, vicepresidente de Fox Sports, asegura que el mercado aún tiene margen: «El deporte en vivo es el último refugio de la audiencia masiva. No hemos llegado al tope». Para 2026, NBCUniversal planea empaquetar el Super Bowl con los Juegos Olímpicos de Invierno y el All-Star Game de la NBA, creando un megaevento publicitario. Mientras, analistas predicen que los $10 millones por 30 segundos podrían ser una realidad para 2030.

¿Vale la pena? La ecuación final

Para las marcas, el Super Bowl es más que un gasto: es una apuesta estratégica. Un anuncio exitoso no solo genera ventas, sino valor de marca a largo plazo. Pepsi, por ejemplo, ha usado el evento por décadas para posicionarse como «la bebida de la nueva generación». En 2025, con la incertidumbre económica y la fragmentación mediática, ese minuto en pantalla representa una certeza: aunque el mundo cambie, el Super Bowl sigue uniendo a millones frente a una misma pantalla.

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