Durante los últimos años, la psicología deportiva viene cobrando fuerza como una pieza clave en la consolidación de las metas. A través de una serie de métodos y pautas, los deportistas de élite tienen la oportunidad de mejorar su rendimiento.
Cuando se aplica durante el proceso de preparación para una competición, incrementa la autoconfianza, lo que, en consecuencia, influye en los resultados. En este sentido, cada vez son más los interesados tanto en aprovechar los beneficios de la psicología deportiva, como de formarse dentro de esta importante disciplina.
Definición y origen de la psicología deportiva
Básicamente, la psicología deportiva se define como la rama de la psicología que estudia el comportamiento de los deportistas y entrenadores. De esta manera, se encarga del análisis conductual tanto de los deportistas, como de los entrenadores.
Partiendo del objetivo de contribuir al mantenimiento del equilibrio mental, los psicólogos deportivos se convierten en aliados en el camino hacia la meta. Después de realizar una evaluación de los fenómenos psicológicos de los pacientes, estos profesionales establecen un plan de acción capaz de elevar la motivación.
Mediante el uso de técnicas y ejercicios, los deportistas aprovechan el poder de la mente para optimizar el rendimiento psicológico y deportivo. Asimismo, tienen la capacidad de asumir los retos con persistencia, dejando atrás el estrés y las inseguridades.
¿Cómo surgió la psicología del deporte?
Durante los primeros años del siglo XX, el desempeño alcanzado por algunos atletas despertó el interés de los científicos. De esta forma, los resultados sobresalientes de figuras, como Babe Ruth, en sus pruebas deportivas, sirvieron de impulso para el nacimiento de una nueva rama: la psicología deportiva aplicada.
Poco a poco, los investigadores se abocaron al análisis de las habilidades cognitivas como aspecto clave para el desarrollo y la optimización de las destrezas físicas.
De acuerdo a los especialistas, son cuatro los factores psicológicos que interfieren en el rendimiento: percepción, memoria, enfoque y capacidad de atención. Gracias a ello, la disciplina ha logrado convertirse en un campo de estudio independiente y es ofrecido en diferentes universidades.
¿Cómo se aplica la psicología del deporte?
Teniendo en cuenta que el principal objetivo es mejorar el rendimiento a través del incremento de la motivación, este tipo de terapia inicia con un estudio profundo de las necesidades del deportista.
Esto implica identificar los puntos fuertes y debilidades, tanto físicas como mentales, a fin de crear un plan de acción basado en las áreas que requieren atención, así como el establecimiento de objetivos realistas en función de la actividad que realiza.
Los especialistas se encargan de conducir al paciente fuera de su zona de confort, brindando la oportunidad no solo de crecer, sino de derribar las barreras creadas a partir de sus diferentes miedos. Aunque la planificación puede variar de acuerdo a cada coach, en general, el entrenamiento psicológico deportivo consta de tres fases:
Fase de educación
Consiste en la presentación del entrenamiento. A lo largo de esta fase, los deportistas o profesionales deben entender la importancia de la psicología deportiva, así como las implicaciones del plan de acción que están a punto de comenzar.
En este sentido, su duración depende del participante, puede desde tardar un par de horas, hasta prolongarse durante varios meses. La meta del coach es lograr el completo reconocimiento de los beneficios que pueden obtener cuando aplican esta disciplina, sobre todo, de cara a una competencia o evento importante.
Fase de adquisición
Una vez que quedaron claras las capacidades y limitaciones, es momento de avanzar a la segunda etapa: el diseño de una estrategia viable. De esta forma, la fase de adquisición se basa en la selección de las herramientas útiles para alcanzar los objetivos establecidos en la primera fase
Fase de práctica
El último tramo del camino se resume en la automatización y aplicación de las técnicas o herramientas que el entrenador considera son las más indicadas. De igual forma, será el encargado de guiar al deportista durante todo el proceso.
En la mayoría de los casos, el trabajo del coach abarca desde el monitoreo del avance del participante, hasta la medición de los resultados. Su trabajo incluye determinar tanto lo que ha funcionado de manera correcta, como los posibles fracasos para así ofrecer un replanteamiento de las técnicas fallidas.
Ventajas de la psicología deportiva
El profesional en psicología deportiva tiene como propósito contribuir al reemplazo de los hábitos y pensamientos negativos por refuerzos positivos. Si bien esta rama de la psicología está orientada a resolver los problemas físicos y mentales de las personas dentro del ámbito deportivo, tiene impacto en diferentes áreas de la vida cotidiana.
Durante el proceso, se aprenden las técnicas y herramientas indispensables para alcanzar el máximo potencial, sin que ello implique poner en riesgo la salud tanto física como emocional. De esta manera, los beneficios más sobresalientes son:
Incremento de la motivación: la mayor parte de la terapia está orientada a la eliminación de los miedos que impiden dar lo mejor de sí mismo, lo que cambia el enfoque, mejora la autoconfianza y sirve de impulso para continuar.
Desarrollo y refuerzo de las habilidades cognitivas: uno de los propósitos de la psicología deportiva es contribuir a la optimización de las habilidades que influyen en el trabajo diario de los deportistas, entre ellos, la capacidad de concentración, memoria, coordinación y atención.
Despierta el liderazgo: desprenderse de los miedos supone derribar las barreras. De igual modo, el cambio en los hábitos promueve las relaciones positivas, lo que contribuye a la formación de vínculos y mejora el trabajo en equipo, tres aspectos que caracterizan a un buen líder.
Aunque todos estos beneficios van sumando puntos a favor de la terapia, una de las razones de peso que justifican acudir a un coach en psicología deportiva radica en la recuperación del equilibrio físico, mental y emocional.
No es un secreto, antes de las competiciones o encuentros importantes, el estrés, la tensión y ansiedad pueden llegar a comprometer el rendimiento. Los especialistas enseñan lo necesario para neutralizar la aparición de estos episodios, así como de otros trastornos capaces de perjudicar el desempeño.
Asimismo, supone un aliado en el alivio de las patologías físicas que se presentan como consecuencia de la somatización de algún problema emocional, un problema cada vez más recurrente entre los deportistas de elite.