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El gran negocio de la Copa Mundial de fútbol 2026

La Copa Mundial de fútbol es el evento deportivo más grande del planeta. Cada cuatro años, millones de aficionados, en todos los continentes, siguen con pasión las andanzas de sus selecciones nacionales en este evento. Pero la edición del 2026 promete ser mucho más que un torneo de fútbol: se vislumbra como la más lucrativa en la historia del deporte.

Por primera vez, este evento cuatrienal reunirá a tres países anfitriones simultáneos: Estados Unidos, México y Canadá. A esta inédita alianza tripartita se suma otro acontecimiento inédito: la expansión del torneo de 32 a 48 selecciones participantes.

Estas dos disrupciones en el formato tradicional del Mundial alimentan unas proyecciones financieras que auguran cifras récord de ingresos para la FIFA, el máximo organismo rector del fútbol internacional.

Pronósticos de ganancias astronómicas

De acuerdo con los cálculos realizados por la propia FIFA, el Mundial de Norteamérica 2026 podría generar hasta 11,000 millones de dólares en ingresos brutos totales. Una cifra que prácticamente duplicaría los 7,500 millones de dólares obtenidos en el ciclo 2019-2022 que culminó con el exitoso Mundial de Qatar.

Este gran aumento en los ingresos se sustenta en múltiples frentes. Empecemos por los derechos de transmisión televisiva a nivel global, que se proyecta sumen entre 2,200 y 3,500 millones de dólares. Un jugoso negocio para el cual la FIFA ya ha firmado sustanciosos contratos de miles de millones con gigantes de los medios como Fox (en Estados Unidos) y beIN Sports (en Medio Oriente).

Pero los derechos de TV no son la única fuente de ingresos. Los patrocinios corporativos también representan una mina de oro casi inagotable. De hecho, la región de Norteamérica concentra el 25% del mercado mundial de patrocinios deportivos, con una inversión anual superior a los 40,000 millones de dólares solo en México, Estados Unidos y Canadá.

El negocio redondo de las entradas y la hospitalidad premium

Otro de los grandes rubros generadores de ingresos será, como es de esperarse, la venta de boletos para los partidos. Se estima que durante la Copa Mundial 2026 se comercializarán más de 5 millones de entradas, lo que a precios promedio podría dejar unos 2,000 millones de dólares en las arcas de la FIFA.

A esto se suma la gran oportunidad de vender lujosos paquetes de hospitalidad premium en los imponentes estadios de la NFL que recibirán los partidos. Estas catedrales del fútbol americano, con capacidades de hasta 80,000 espectadores, ofrecerán experiencias de máximo nivel con accesos VIP, hospitalidad de lujo y amenidades exclusivas.

Máximas ganancias con costos de organización contenidos

Una de las grandes ventajas competitivas de la Copa Mundial 2026 es que la región de Norteamérica ya cuenta con una infraestructura deportiva de primer nivel. A diferencia de países anfitriones pasados como Rusia (2018) o Qatar (2022) que se vieron obligados a invertir miles de millones en construir nuevos estadios, en esta ocasión los escenarios existentes cumplen con los más altos estándares de la FIFA.

Esto minimiza de manera significativa los costos de organización. Se estima que el monto total destinado a la operación del evento, administración, adecuaciones y demás aspectos logísticos oscilará entre los 2,160 y los 2,500 millones de dólares. Una cifra muy inferior a los billonarios desembolsos de mundiales previos.

En México, por ejemplo, se invertirán apenas entre 150 y 160 millones de dólares en remodelar parcialmente el emblemático Estadio Azteca, sede en dos ocasiones del campeonato. También habrá ajustes menores en recintos más modernos como el Estadio Akron (Guadalajara) y el BBVA (Monterrey).  Uno de los costos mayores será el de garantizar la seguridad del evento, con alrededor de 100 millones de dólares destinados a este rubro.

Impacto millonario de la Copa Mundial 2026 en las ciudades anfitrionas

Por si las cifras globales de ingresos para la FIFA no fueran suficientemente mareantes, los cálculos de impacto económico local para las 16 ciudades anfitrionas del Mundial también arrojan números de cabeza.

Se estima que, en conjunto, las urbes sede recibirán un impulso económico de alrededor de 5,000 millones de dólares en forma de turismo, derrama por hospedaje, alimentos, entretenimiento y demás servicios.

La final, que se disputará en el emblemático Metlife Stadium de Nueva York/Nueva Jersey, promete ser el epicentro financiero del torneo. Las autoridades locales pronostican que este solo partido dejará una derrama económica de 2,000 millones de dólares, además de generar unos 14,000 empleos temporales en la región.

Otras sedes como Toronto (Canadá) y Filadelfia (Estados Unidos) esperan inyecciones individuales a sus economías por 290 y 262 millones de dólares respectivamente.

Con tantas expectativas y números en juego, la gran interrogante es si la región de Norteamérica estará a la altura de organizar el primer Mundial a esta escala monumental. Lo que es seguro es que, al menos en términos puramente financieros, el Mundial de la FIFA 2026 promete batir todos los récords y convertirse en el torneo deportivo más lucrativo de todos los tiempos.

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