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Ajedrez en línea: conoce más sobre este pasatiempo

Los orígenes del ajedrez continúan siendo polémicos. Muchos sitúan a la India como el país donde surgió este juego, mitad arte, mitad ciencia; aunque otros historiadores creen que, en realidad, fue inventado en Egipto, en la época de los faraones.

Los defensores de esta idea sostienen que, en los descubrimientos de restos arqueológicos, aparecieron piezas similares a las del ajedrez. Incluso, dentro de la famosa tumba del faraón Tutankamón estaba un tablero cuadriculado, con piezas que también guardan semejanza con las contemporáneas.

¿Podrá alcanzarse un consenso, algún día, sobre la creación del ajedrez? Parece difícil, pero lo que sí es innegable es el velo de misterio que sigue rodeando a la civilización egipcia, una de las más importantes en el desarrollo de la humanidad y que ha inspirado desde películas hasta novelas, series televisivas y juegos como el tragaperra Book of Ra deluxe en platin que invita al explorador a entrar en las tumbas, escondidas en las pirámides, para tratar de encontrar un libro donde quedaron recogidos secretos de los faraones.

El boom del ajedrez en línea

La pandemia del coronavirus disparó el interés por el ajedrez en línea. El confinamiento incidió en que muchos recurrieran a las diferentes plataformas (Chess.com; Chess24; Lichess) para pasar el tiempo. No pocos quedaron enganchados con el juego. Al mismo tiempo, la emisión por Netflix de la serie “Gambito de Dama”, protagonizada por Anya Taylor-Joy, contribuyó al auge del ajedrez.

Mientras, en el sector profesional, surgieron nuevos torneos de ajedrez en línea, de partidas rápidas, como el Champions Chess Tour, con importantes premios económicos, en los que han participado los principales jugadores, liderados por el (todavía) campeón mundial Magnus Carlsen y con la presencia también de prometedores talentos muy jóvenes.

El negocio del ajedrez

La vuelta a la normalidad no provocó que decayera el ajedrez en línea. Regresaron los torneos presenciales, desde los más reconocidos (Match por el título mundial, Torneo de Candidatos, Olimpiada mundial) hasta otros más pequeños; sin embargo, se mantuvieron los eventos online y creció enormemente el total de usuarios y el tráfico en las plataformas en línea.

En diciembre del año pasado se concretó uno de los más grandes negocios en la historia del ajedrez: Chess.com compró, en poco más de 82 millones de dólares, todas las empresas del grupo Play Magnus, entre ellas Chess24.

Al eliminarse la zona de juego de Chess24, quedaron básicamente dos opciones para los amantes del ajedrez: Lichess y Chess.com. En enero de este año, Chess.com reconoció que sus servidores no soportaban el incremento de tráfico. En poco más de un mes, Chess.com aumentó en tres millones de usuarios y, cada hora del día se juega, como promedio, un millón de partidas. Además, cada día se crean alrededor de 250.000 nuevas cuentas. Al parecer los desarrolladores no esperaban este boom, por lo que, en ocasiones, la zona de juego se ha quedado “colgada”. Desde Chess.com pidieron disculpas y aseguraron que estaban trabajando para manejar la situación y evitar las molestas caídas del sitio.

¿Un campeón desde casa?

En las plataformas en línea convergen tanto Grandes Maestros como jugadores amateurs. Estos sitios se han convertido en excelentes arenas de entrenamiento, no exentas de polémicas, porque algunos tratan de hacer trampas, al recurrir a módulos—softwares—que sugieren los mejores movimientos, en cada posición. Los equipos anti-trampas de las plataformas han desarrollado algoritmos que permiten detectar la ayuda externa; aunque este sistema todavía necesita ser perfeccionado.

Mientras, el juego del ajedrez continúa cambiando, con la tecnología como elemento mediador imprescindible. Los futuros Grandes Maestros se forman, no lo dudemos, frente a un ordenador.

El futuro del ajedrez en línea

¿Qué puede suceder con el ajedrez en línea? El mejor jugador del mundo, Carlsen, es un gran defensor de esta modalidad; otros, como Hikaru Nakamura, se han convertido en celebridades en Twitch y generan más ingresos por los streamings que por la participación en torneos. No se trata de eliminar el llamado “ajedrez clásico”, sino que, por las dinámicas de la vida contemporánea, es difícil seguir una partida que se extienda durante seis horas. El ajedrez, como todos los deportes, necesita transformarse. ¿Cuán profunda será esa transformación? Las pistas del momento nos indican que será grande y, ojalá, para bien.

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