En la conferencia de prensa, cuando le preguntaron al retador Ian Nepomniachtchi sobre cómo se sentía, tras culminar la tercera partida del match por el título mundial de ajedrez ante Magnus Carlsen, el ruso aseveró: «Absolutamente sin frustración. Fue una partida limpia y muy lógica». Esta frase resumen muy bien un cotejo sin sobresaltos y que concluyó en tablas, en 40 movimientos de una Ruy López.
Después de dos partidas tensas, especialmente la segunda, el tercer enfrentamiento entre Carlsen y Nepo tuvo pocas emociones. Ambos copiaron los primeros siete movimientos del cotejo inicial. El ruso, con blancas, se desvió del camino recorrido en el movimiento 8, con a4.
A la altura de la jugada 20, la posición lucía interesante para las blancas, con la dama en d4, la pareja de alfiles y la amenaza de e5. Carlsen hizo 22…d5. Aquí Nepo pensó bastante y se decidió por la línea de 23.e5 que llevó a varios cambios de piezas. Sobre el tablero se llegó a un final de dos torres y alfil, con cinco peones para cada jugador.
La estructura de peones del negro no era la ideal; pero no fue difícil para el campeón aguantar la posición. Después del cambio de torres, Carlsen llevó a su rey al centro y con 33…f5 todo quedó resuelto para el tercer empate consecutivo.
Las últimas 17 partidas clásicas que ha jugado Carlsen en los matches por el título mundial han concluido en tablas. En la misma conferencia de prensa, le preguntaron a Carlsen sobre cómo le gustaría que lo recordaran dentro de 50 años. Esta fue su respuesta: «Hablar sobre el legado durante un match es un agujero de conejo que no quiero caer, ¡pero espero que sea alguien que ganó una partida clásica en un match por el Campeonato Mundial después del año 2016!»
Ahora viene el primer descanso y, en la cuarta partida, el campeón llevará las blancas. ¿Terminará la racha de tablas?
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