Messi, Ibai Llanos y el “nuevo periodismo”

Ibai Llanos ha abierto, sin proponérselo, un debate. No entre los seguidores del PSG, que siguen en éxtasis orgásmico tras obtener (gratis) al ex capitán del Real Madrid y del Barcelona y los fanáticos culés que todavía no se explican cómo fue posible que la directiva del club dejara partir al mejor jugador de su historia. No, el debate trasciende al fútbol, a las plataformas de streaming, a los creadores de contenido. Tiene que ver con qué entender por periodismo.

Poco después de su presentación oficial como jugador del PSG, en París, Messi concedió sus primeras declaraciones al vasco Ibai Llanos, quien emitió en directo por Twitch las brevísimas palabras del siempre parco argentino desde el Estadio de los Príncipes. Aquí fue donde ardió Troya, porque para los medios de comunicación tradicionales resultaba inconcebible que el futbolista prefiriera hablar con un streamer antes que someterse a las preguntas habituales de los reporteros.

El Kun Agüero llevó a Ibai Llanos a la casa de Messi, para la cena de despedida, poco después de oficializarse la salida de Lio del Barca. El encuentro entre ambos parece que fue tan cordial que Ibai recibió una invitación para estar en París, en un día especial, para Messi y el PSG.

Más de 300.000 usuarios siguieron en Twitch el momento en que, cámara en mano, Ibai conversó con Messi, a quien apenas se le pudo escuchar. En realidad, poco importó esto. El sorteo de dos camisetas firmadas por el futbolista y los segundos dedicados a Twitch (“Es un medio en el que no participo, pero al que sigo”, dijo) fueron los momentos más llamativos.

¿Qué podemos sacar de esto para el universo periodístico?

Defensores de la Fe: el entrevistador no es imparcial. No está allí para hacer preguntas incómodas, ni para indagar en quién es el culpable de la salida del jugador del club con el que estuvo 21 años.

Audiencias: Nos queda claro eso. Sabemos que no es imparcial. No nos interesa. Muchos de los que aseguran regirse por la “objetividad periodística”, en realidad, están atados a intereses personales y/o corporativos. Es solo un buen comunicador que logra llegar a los deportistas y nos muestra su lado más humano. Así ocurrió con Marc Gasol, Sergio Ramos, Thibaut Courtois, Neymar Jr. y el Kun Agüero.

“Ni soy periodista ni quiero competir con la prensa, respeto mucho la profesión y tengo muchos amigos. Pero no puedo rechazar estas cosas si me invitan”, reconoció Ibai en su cuenta en Twitter.

Defensores de la Fe: no tiene formación profesional. No pasó por las escuelas de comunicación. No hay orden lógico en las intervenciones. Es solo un narrador de videojuegos.

Audiencias: muchos de los que pasaron por las escuelas de comunicación no tienen ni las habilidades, ni el carisma de este streamer. Nos llega con sus mensajes, utiliza nuestros códigos comunicativos. Hay desenfado, naturalidad en lo que dice y cómo lo dice. Pasó de transmitir la Liga de videojuegos hasta llegar a LaLiga, con el Valencia vs. Madrid y, luego, a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Además, mientras las televisoras tradicionales ignoraron por completo la Copa América 2021, Ibai Llanos se asoció con el grupo Kosmos, de Gerard Piqué, para adquirir los derechos de ese evento. En España solo fue posible seguir esta Copa a través del canal en Twitch de Ibai. Gratis.

Entonces, no, Ibai Llanos no hace periodismo. No lo pretende. Pero tampoco lo hacen muchos de los que, ahora, se rasgan las vestimentas y acuden a las visiones del periodismo clásico como “material de apoyo” para sus argumentos. Ellos también hacen preguntas complacientes, buscan titulares sensacionalistas para el «clickbait», inventan historias y recurren a fuentes negras de información. Cumplen, de manual, todo lo que no es periodismo. Han perdido credibilidad, así que no deberían estar asombrados ante el hecho de que este creador de contenido sea más creíble para las audiencias, en la tercera década del siglo XXI.