And it all crashes down / And you break your Crown
And you point your finger, but there’s no one around
Just want one thing, just to play the King
But the castle crumbled and you’re left with just a name
Where’s your crown, King Nothing? Where’s your crown?
Por primera vez en su brillante carrera de 18 años, el “Rey” LeBron James perdió una serie de primera ronda en los NBA playoffs. Los Suns de Phoenix arrasaron en los tres últimos partidos y terminaron con la efímera corona de los Lakers de Los Ángeles. LeBron no estuvo a su mejor nivel, pero difícilmente alguien culpe al Rey por el descalabro de la franquicia. Ahora dirán que la lesión de Anthony Davis influyó en el resultado. Tienen razón en este punto; pero, en realidad, el gran culpable del fracaso fue el pobre trabajo del resto del equipo, incapaz de apoyar a su principal figura y de crecerse en momentos decisivos. Kuzma, Drummond, Schroeder y Gasol poco hicieron.
Los Suns de Phoenix terminaron en la segunda posición del Oeste, pero creo que nadie los consideró favoritos ante los Lakers. Los campeones del año pasado tomaron ventaja en la serie 2-1 y con el cuarto partido, en el Staples Center, la serie parecía decidida. Ese duelo marcó el punto de inflexión del playoff. La lesión de Davis derrumbó al equipo. El quinto juego fue un escándalo y el sexto algo similar. ¿Debió salir a jugar Davis, cuando era imposible que se hubiera recuperado de ese tipo de lesión en tan corto tiempo? Claro que no; sin embargo, su ausencia no explica que, frente a su público, los Lakers hicieran un ridículo tan grande. Se puede perder, por supuesto, pero al menos competir. Los Lakers no hicieron esto.
Del otro lado, Devin Booker mostró que es una estrella. ¿Recuerdan cuando se cuestionaba su presencia en el Juego de Estrellas? Los Suns avanzaron. Booker maravilló al Staples Center y se llevó a casa una camiseta firmada del Rey. Lakers y Heat, los dos finalistas de la temporada anterior, quedaron eliminados en la primera ronda. Maravillosa NBA.