Los puzzles constituyen uno de los mejores deportes para la mente. Cuando niños comenzamos a relacionarnos con ellos porque estimulan nuestro desarrollo cognitivo. Pasan los años, crecemos, pero seguimos volviendo a los puzzles no solo porque nos ayudan a relajarnos en tiempos donde el estrés abunda, sino también porque contribuyen a mejorar nuestra capacidad de observación y memoria visual.
Armar un puzzle es siempre un desafío. ¿Por dónde empiezo? Es una pregunta típica en todos y precisamente al responderla nos estamos ayudando, porque estamos aprendiendo a buscar soluciones a los problemas. De acuerdo, es solo un juego; pero cuando aplicamos lo aprendido en ese momento lúdico a la vida real de seguro estaremos en mejores condiciones para lidiar con las dificultades diarias.
Uno de los elementos más atractivos de los puzzles es que podemos resolverlos acompañados. Ese momento que compartimos con hijos, padres, amigos nos permite fortalecer vínculos. Para las personas de la tercera edad armar un puzzle puede ser una estrategia efectiva para retrasar la pérdida de memoria.
Existen puzzles para todos los gustos. Podemos encontrar algunos pequeños, de 250 piezas; mientras otros son más complicados, ya que cuentan con 1000, 2000 piezas. Incluso, para los más atrevidos hay algunos de hasta 20.000 piezas. Los temas que abordan los puzzles también son muy diversos. Para los que nos gustan las obras de arte, siempre será un reto placentero armar ese cuadro icónico de Salvador Dalí, “Los relojes blandos”, que propone la compañía Eurographics.
Mientras, los amantes de los viajes pueden recrearse armando puzzles con sitios emblemáticos y muy conocidos por todo el mundo como la Acrópolis de Atenas, realizado por la empresa Educa y también el puente de Brooklyn, en Nueva York, de Eurographics.
Cubo de rubik, la invención de un genio húngaro
Cuando el escultor y profesor de arquitectura húngaro Erno Rubik creó su “cubo mágico”, en 1974, por supuesto que nunca pudo imaginar que, casi cinco décadas después, su famoso cubo de rubik sería el juguete más vendido de todos los tiempos.
¿Qué tiene de especial el cubo de rubik? Este hexaedro regular le ha quitado el sueño a no pocos. Cada una de sus caras tiene un color diferente (por lo general azul, rojo, naranja, amarillo, verde y blanco). A través de un mecanismo de ejes cada cara puede girar de manera independiente. El gran desafío para la mente es colocar todas las piezas, del mismo color, en una misma cara. Se escribe fácil; pero no lo es tanto. Al menos para los mortales comunes, no para Patrick Ponce, quien fue capaz de armar un cubo de rubik en apenas 4,69 segundos, un asombroso récord mundial. Ni para Max Park, un joven estadounidense que conquistó, en 2020, el campeonato mundial de velocidad armando cubos de rubik. El chico, de 18 años, detuvo los relojes en 5,9 segundos.
Existen diferentes tipos de cubos de rubik. Entre los modelos cúbicos están los de 2×2, 3×3, 4×4, hasta el enorme 17×17. Por supuesto, los más pequeños (como el 2×2) son los que más fácil y rápido se resuelven. El más utilizado en el mundo es el 3×3, que fue el inventado originalmente por Rubik. Este cubo cuenta con seis centros, ocho esquinas y doce aristas. Los centros son las piezas atornilladas al núcleo del cubo; mientras que el resto de las piezas encajan entre sí.
El cubo de rubik 4×4 fue creado por Peter Sebesteny, en 1981, y es conocido en el mundo como “la venganza de Rubik”. Luego está el de 5×5 que también creó Rubik, pero en 1986 y lleva por nombre “el cubo del profesor”.
Con el paso del tiempo aparecieron nuevos tipos de cubos de rubik, con un número diferente de columnas y filas. Así encontramos a los cuboides de 2x2x3 y 2x4x6. También están los cubos morphix, que son los cubos de rubik tradicionales, pero convertidos en tetraedros. Además, están los pyramorphix que tienen la misma cantidad de piezas (8) que un cubo de rubik de 2×2, pero con forma de tetraedro.
Para los más osados están los mastermorphix, que cuentan con igual cifra de piezas que un cubo de rubik de 3×3, solo que estos tienen cuatro caras y, por tanto, menos colores. Desafiantes también son los megamorphix, equivalentes a un cubo de rubik 4×4 y los gigamorphix, como un cubo de rubik 5×5. No podemos dejar de mencionar la categoría de Minx, puzzles que son pirámides y dodecaedros. Entre ellos están los pyraminx (probablemente los más atractivos dentro de esta categoría), kilominx (con forma de dodecaedro) y megaminx, que tiene 50 piezas móviles.
El cubo mágico, la genial invención de Erno Rubik, ha sobrevivido décadas. Difícilmente alguien no haya tenido en algún momento de su vida un cubo de rubik en su mano. Llegarán nuevas generaciones, cada vez más dependientes de los dispositivos móviles, más alejadas del contacto físico de un juguete, pero el cubo de rubik seguirá ahí, planteando desafíos para la mente humana.