Alireza Firouzja apenas tiene 17 años y ya forma de la súper elite del ajedrez. Su estilo de juego es muy atractivo. No duda en arriesgarlo todo en posiciones complicadas. Para bien y para mal. Del iraní radicado en Francia podrá escribirse cualquier cosa, menos que es aburrido seguir sus partidas. En un futuro no lejano retará a Magnus Carlsen por el título mundial; pero, por ahora, tiene un largo camino por recorrer. Un camino, por cierto, complicado y en el que no faltan las críticas. Algunas merecidas, otras exageradas.
Después de meses de confinamiento, en los que al ajedrez online creció enormemente, finalmente tuvimos un torneo de gran fuerza de manera presencial: la octava edición del Altibox Norway Chess. El hecho de que Magnus Carlsen terminara en la cima de la tabla de posiciones no asombró a nadie; pero faltó muy poco para que la historia terminara de manera diferente.
Los organizadores establecieron que, cuando una partida concluía en tablas, era necesario efectuar un duelo adicional, “Armagedón”, en la que el defensor de las negras estaba obligado a ganar. En la segunda ronda se enfrentaron Carlsen y Firouzja. El iraní condujo las negras y logró las tablas. Luego, en el “Armagedón” tuvo ventaja que parecía decisiva; sin embargo, los nervios lo traicionaron, no jugó con celeridad y perdió por tiempo. Aquí comenzaron las críticas.
Luego, en la penúltima ronda, Firouzja llegó con un punto menos que Carlsen a su duelo particular. Con blancas, el iraní no estuvo preciso, pero se las arregló para llegar a un final en el que tenía un peón por dos del campeón mundial. La posición era teóricamente tablas. Bastaba con mantener la oposición de los reyes y tablas…y otro “Armagedón”; sin embargo, con 12 segundos en el reloj, Firouzja cometió un gravísimo error de cálculo. Infantil. Carlsen, por supuesto, lo aprovechó al momento y ganó la partida.
Ahí vino el aluvión de críticas. “El más grande error en el ajedrez de la elite”, “es lo que le enseño a mis niños sobre cómo jugar un final de rey y peones”, escribieron algunos. De seguro no fue fácil para Firouzja. No obstante, menos de 24 horas después de sufrir un durísimo revés, el iraní superó al polaco Duda y garantizó el segundo puesto del torneo.
Carlsen no suele expresar muchos halagos, pero esta vez salió en defensa de Firouzja. Dijo que durante su juventud él también perdió partidas en finales en los que estaba mejor.
Firouzja reconoció sentirse feliz, pero decepcionado, “porque estuve muy cerca de ganar el torneo…pero supongo que eso sucede”. De acuerdo, esas cosas suceden; pero los hiper críticos del universo ajedrecístico deberían bajar los decibeles en Twitter contra un chico de 17 años que ya es una sensación del juego ciencia.