Mike Brosseau ha tenido la mejor venganza posible. Poco más de un mes atrás, Aroldis Chapman lanzó una recta de 101 millas por la cabeza del joven jugador de los Rays de Tampa Bay. Sus reflejos, indudablemente, son muy buenos, porque logró esquivar el misil.
El pitcheo de Chapman no gustó nada a los Rays, porque consideraron que el cubano trató de hacer daño a Brosseau. El director Kevin Cash amenazó con represalias contra los Yankees, ya que él tenía pitchers que lanzaban rectas de 98 millas. MLB intervino para evitar nuevas agresiones y sancionó a Chapman con tres juegos. El cubano juró y perjuró que no trató de golpear al jugador; pero pocos le creyeron.
Ahora, en el partido más importante de la temporada 2020, en un juego donde el ganador pasaba a la final de la Liga Americana y el derrotado partía a casa, Brosseau aprovechó una recta al medio de 100 millas de Chapman y sacó la pelota por el jardín izquierdo. Esta carrera fue decisiva. Por undécimo año consecutivo, los Mulos de Manhattan no jugarán una Serie Mundial.
Chapman volvió a demostrar que lo suyo no es la postemporada. En 2016 fue pieza clave en la victoria de los Cachorros de Chicago, aunque no olvidemos que dilapidó ventaja de dos carreras en el séptimo juego de la Serie Mundial, ante los Indios de Cleveland.
Después de eso, el llamado «Misil cubano» firmó el mayor contrato en la historia de Grandes Ligas para un lanzador relevista. Los Yankees le ofrecieron 86 millones para que fuera su cerrador. En tres de sus cuatro apariciones en playoffs con los Mulos, Chapman ha perdido al menos un partido.
En 2017, en la final de la Liga Americana, contra los Astros de Houston, perdió el segundo partido. Luego, en 2019, en el sexto desafío, en el cierre del noveno inning, recibió el jonrón de José Altuve que dejó tendido en el terreno a los Yankees.
Ahora, en el quinto juego contra los Rays, Chapman no pudo mantener el empate en la pizarra. El jonrón de Brosseau envió a los Yankees a casa. No creo que estén muy felices con su cerrador en el Bronx.