Un año después de que Mariano Rivera se convirtiera en el primer jugador en ser votado, de manera unánime, como miembro del Salón de la Fama, en Cooperstown, todos esperábamos que su compañero de los Yankees de Nueva York, Derek Jeter, apareciera también en las 397 boletas de los escritores de la Baseball Writers’ Association of America (BWAA). Error. Uno de los votantes decidió que Jeter no merecía una placa en el llamado Templo de los Inmortales. ¿Quién tuvo este desatino? Probablemente nunca lo sepamos.
De acuerdo con las reglas establecidas, los votantes de BWAA no están obligados a revelar públicamente sus elecciones. Años atrás, para darle más transparencia al proceso, se le pidió a los escritores que dieran a conocer sus decisiones; sin embargo, los directivos del Salón de la Fama luego solicitaron eliminar este requisito y darle anonimato a todo aquel que así lo deseara. Quizás el periodista que ahora no incluyó a Jeter en su boleta prefiera acogerse al silencio, para evitar caer en el ojo de la tormenta mediática, porque la noticia no ha sido la entrada del número 2 a Cooperstown, sino que lo hizo de manera no unánime.
¿Merece Jeter un lugar entre los grandes de todos los tiempos? ¡Absolutamente! ¿Mereció ser exaltado por unanimidad? También lo creo, aunque en este punto no existe, precisamente, unanimidad.
Las estadísticas de Jeter muestran su genialidad como pelotero: campeón en cinco ocasiones de la Serie Mundial, cinco veces Guante de Oro como torpedero, Novato del Año, cinco veces Bate de Plata y en 14 ocasiones participó en el Juego de Estrellas. En sus 20 años en Grandes Ligas, Jeter promedió 310, conectó 3465 hits, anotó 1923 carreras, impulsó 1311, disparó 260 jonrones y robó 358 bases.
Los 3465 imparables colocan a Jeter en el sexto lugar de todos los tiempos en esta categoría, solo por detrás de Pete Rose, Ty Cobb, Hank Aaron, Stan Musial y Tris Speaker. En postemporada sus estadísticas fueron todavía mejores: apareció en 158 partidos, promedió 308, conectó 20 cuadrangulares y 32 dobles. En 2000 fue elegido como MVP de la “Serie del Metro”, cuando los Yankees vencieron en cinco partidos a los Mets.
¿Qué criterios han esgrimido algunos para “justificar” que no fuera exaltado con todos los votos? Revisemos: a Jeter lo ayudó ser un pelotero muy mediático, que jugó en la franquicia más querida y odiada del béisbol. El Salón de la Fama toma en cuenta las actuaciones individuales, no colectivas, por tanto, el hecho de que Jeter haya sido ¡cinco veces! campeón de la Serie Mundial no es un elemento tan meritorio, porque él solo no ganó los títulos. Por supuesto, pero ayudó y mucho. ¿Recuerdan por qué lo nombraron Sr. Noviembre?
Jeter está en el sexto lugar del listado histórico de hits, pero, ¡oh, pecado! solo en dos oportunidades fue líder de este departamento en la Liga Americana. ¿Sus cinco Guantes de Oro? No son tan significativos, porque…Omar Vizquel ganó 11 y no está en Cooperstown. Claro, el venezolano ni se acerca al número 2 en otras estadísticas.
Otros “pecadillos” de Jeter incluyen que nunca fue MVP de una temporada ni tampoco ganó una corona de bateo. Además, jamás superó los 24 jonrones en una campaña y solo sobrepasó un año las 100 carreras impulsadas. Un detalle para los críticos, ¿recuerdan que fue la mayor parte del tiempo primer bate? Preséntenme a un primer bate excelente con el guante y capaz de sacar (¡sin bola viva y sin sustancias prohibidas en su cuerpo!) 30 pelotas de un estadio y remolcar a 100 compañeros.
Si otros inmortales como Babe Ruth, Lou Gehrig, Ted Williams Cal Ripken Jr. y Ken Griffey Jr. tampoco recibieron el voto unánime…pues muy mal por los votantes de esas épocas.
En realidad, poco importan 396 o 397 votos. Derek Jeter está en el sitio que merece. Un sitio al que, ojalá, no lleguen otros que batearon y lanzaron con la ayuda de sustancias prohibidas. ¡Ah, sí, cierto, en ese momento no estaban prohibidas! Gracias, por favor, alfombra roja para Barry Bonds.