En 1997, una supuesta llamada de Rolando Arrojo le costó a Eduardo Paret una suspensión de dos años del béisbol cubano. El mejor torpedero de la segunda mitad del siglo XXI (en una eterna discusión con Germán Mesa) se vio, de la noche a la mañana, con solo 23 años, desempleado. Regresó en 1998, pero no fue hasta 2001 que le permitieron reincorporarse a la selección nacional. “Yo asumí la sanción, pero es algo que no olvidaré y el tiempo perdido no me lo devuelve nadie”, dijo en una ocasión el inolvidable número 2 de Villa Clara.
“Sí creo que fueron injustos conmigo, me juzgaron por cosas que no hice, yo no hablé con Arrojo, pero me pregunto: y si lo hubiera hecho, ¿qué?, ¿acaso no podía hablar de pelota, de la familia?, ¿por qué pensar que tendría que conversar de política?”, aclaró en otra entrevista Paret.
Su segundo despido del béisbol cubano también fue sorpresivo e incomprensible. Paret asumió la dirección del equipo Villa Clara en 2018 y en su primer año llegó a la final de la 58 Serie Nacional, donde perdió en cinco juegos ante Las Tunas. Después de esto, figuras claves en la selección villaclareña partieron hacia otros rumbos (Norel González, Daniel Conde, Leandro Turiño y Yosver Zulueta), por tanto, no era un secreto que clasificar a la segunda fase de la 59 Serie sería muy difícil. La realidad en el terreno fue peor de lo esperado: el equipo terminó con un pobrísimo balance de 17 y 27, ubicado en el 13er lugar de la tabla de posiciones.
Si en ese momento la Dirección provincial de deportes y la Comisión provincial, que dirige Ramón Moré, el último director que condujo a Villa Clara al título nacional, hubiera tomado la decisión de “despedir” a Paret por los malos resultados, pues al menos habría existido un argumento deportivo. Criticable, por supuesto, porque la nómina no se parecía mucho a la del año anterior, pero por algo similar han pasado otros equipos en la Serie sin que se produjera una caída tan abrupta.
Lo que sí resulta absolutamente criticable es que dos meses después de que concluyera la primera etapa de la Serie Nacional, Moré llame a su oficina a Paret y le espete el lapidario “estás despedido”. Apenas unos días antes había circulado un post en redes sociales, donde se aseguraba que Paret trabajaría como entrenador en la Academia Mar Mérida Baseball, en Miami. La relación entre los dos hechos es demasiado evidente.
Paret no confirmó esta noticia y al parecer tampoco lo llamaron para conocer, de primera mano, la veracidad o no de este posible contrato. Sencillamente, lo despidieron. Como era de esperarse, el santaclareño no aceptó la decisión. “Me siento muy molesto. Ojalá pudiera apelar y que se me dieran razones convincentes”, aseguró en declaraciones aparecidas en varios medios.
“Las razones fueron solamente que era sustituido por bajo resultado en la campaña 59. Esa fundamentación no me convenció, porque por un año no puede medirse el trabajo y el prestigio de un atleta como yo. Todo el mundo sabe los resultados de mi debut con el Villa Clara (…) Me siento como cuando me suspendieron en mis años de atleta, porque nunca lo merecí (…) A los que dirigen el béisbol que revisen bien y se revisen ellos que no creo que por un año malo no debí ser sustituido. Así sin decir más nada están dañando a nuestra pelota y los hombres que hicieron y hacen por la pelota cubana”, aseveró Paret.