Kendrys Morales acaba de comprobar, una vez más, que en el negocio del béisbol los jugadores son piezas de un rompecabezas que se mueven de un lado a otro por voluntad de los ejecutivos. Esto no es nada nuevo; pero, luego, cuando un atleta decide seguir sus pasos y busca el mejor contrato posible, entonces esos mismos ejecutivos, apoyados por amigos en la prensa, se encargan de enarbolar la bandera del “apego a la camiseta” y presentan al pelotero ante los fanáticos como un hombre que abandona la franquicia, que solo le interesa el dinero.
Hasta hace 24 horas, Morales iba a jugar su tercera temporada en Toronto, como parte de un acuerdo de 33 millones de dólares que firmó en 2017 con los Azulejos. El habanero, de 35 años, hizo el spring training con el equipo y todo parecía listo para el debut; sin embargo, los ejecutivos decidieron enviarlo a los Atléticos de Oakland. Así que Morales tuvo que hacer las maletas y partir nuevamente hacia la costa Oeste.
Este será el sexto equipo de Morales, en una carrera de 12 años en las Mayores. Debutó con los Angels, estuvo un año con los Marineros, pasó luego a Minnesota, a Kansas City, donde ganó el anillo de Serie Mundial en 2015 y, de ahí, a Toronto. En 2018, Kendrys tuvo una aceptable campaña, con una línea de 249/.331/.439 y 21 jonrones. Su nombre estuvo en los titulares, porque implantó un récord para las Mayores, al conectar cuadrangulares en siete partidos consecutivos.
Los Atléticos jugaron el partido de comodín la temporada pasada, en lo que constituyó una de las grandes sorpresas de 2018. En el segundo juego de esta campaña, en el Tokio Dome, Matt Olson sufrió una lesión en su mano derecha que lo llevó al quirófano y estará de baja entre seis y ocho semanas. Por tanto, Oakland salió al mercado y encontró a Morales. Los Azulejos pagarán 10 de los 12 millones de dólares como parte del acuerdo. Al “salir” del cubano, Teoscar Hernández tendrá más oportunidades al bate como designado; mientras, Kevin Pillar, Randal Grichuk y Billy McKinney defenderán los jardines.
Morales apenas jugó 30 partidos a la defensa en los últimos dos años, pero en Oakland no tiene cabida como designado, ya que ese puesto es de Khris Davis, por lo que necesariamente saldrá al terreno como primera base, hasta el retorno de Olson.