El Súper Bowl LIII marcará el regreso de los Carneros de Los Ángeles al evento de un día más seguido en el mundo, donde enfrentarán a los Patriotas de Nueva Inglaterra, en Atlanta. Diecisiete años atrás estas franquicias chocaron en Nueva Orleans y Adam Viniateri definió el partido, en los segundos conclusivos, con un gol de campo de 48 yardas. Este triunfo marcó el inicio de la dinastía de los Patriotas. ¿Será este juego de 2019 el comienzo del fin del equipo más dominante del siglo XXI? Difícil lanzar un pronóstico en contra de la dupla coach-mariscal de campo más exitosa de todos los tiempos en la NFL.
PATRIOTAS CONGELARON A LOS JEFES
La final de la Conferencia Americana fue emocionante y, al igual que sucedió en la Nacional, se fue a tiempo extra. Después de tres cuartos, los Patriotas parecía que tenían el partido en el bolsillo, con 10 puntos de ventaja sobre los Jefes de Kansas City; pero la mejor ofensiva de la temporada despertó en los minutos finales. Primero los Jefes tomaron ventaja; luego los Patriotas se fueron arriba 24-21, con un TD de Sony Michael. Entonces, los locales concluyeron una gran serie que les dio el liderato, 28-24, gracias al TD de 2 yardas de Damien Williams; pero con 2:03 por jugar Brady siguió empujando y los Pats retomaron el liderazgo 31-28, con otro TD por tierra de Rex Burkhead.
Quedaban solo 39 segundos en el reloj y las esperanzas de los fanáticos de Kansas City se centraban en su mariscal, Patrick Mahomes, el más que probable ganador del premio MVP de la campaña. Mahomes movió las cadenas (48 yardas en 2 pases) y con ochos segundos por jugar, Harrison Butker conectó el gol de campo que envió el partido al tiempo extra.
Aquí, los Patriotas ganaron el sorteo, recibieron el ovoide y no lo soltaron, hasta recorrer 75 yardas, en 13 jugadas y anotar el TD definitorio por un acarreo de Burkhead . La leyenda de Bill Belichick y Tom Brady continúa creciendo.
CARNEROS DETUVIERON A BREES
Los Carneros no eran favoritos ante los Santos de Nueva Orleans y esa sensación se hizo más fuerte tras concluir el primer cuarto, porque los locales tomaron una cómoda ventaja de 13-0; aunque esa distancia pudo ser mayor si hubieran aprovechado dos series ofensivas que concluyeron en gol de campo. La franquicia angelina no se dio por vencida y acortó diferencia en el segundo cuarto. En esta remontada influyó el engaño que realizó el pateador Johnny Hekker que mantuvo con vida la serie y dio a los Carneros sus primeros puntos en el partido; luego, un touchdown de Todd Gurley (lo mejor que hizo en el juego) contribuyó a llegar al descanso 13-10.
Las mejores emociones quedaron reservadas para los últimos cinco minutos del cuarto final. Los Carneros empataron a 20, en una decisión conservadora del coach Sean McVay, ya que su equipo estaba en la yarda 1, pero prefirió no correr riesgos en cuarta oportunidad y envió a su pateador Greg Zuerlein.
Entonces, Drew Brees tomó control del ovoide y eslabonó una serie que será recordada por siempre en Nueva Orleans. En tercera oportunidad, el veterano mariscal de campo buscó a Alvin Kamara, pero este fue claramente golpeado por el esquinero Robey-Coleman. Probablemente hasta los más empedernidos fanáticos de los Carneros hayan visto la interferencia en el pase; sin embargo, los oficiales no se atrevieron a lanzar el pañuelo amarillo. Este burdo error pesará por siempre. Los Santos tuvieron que conformarse con un gol de campo y esto dejó suficiente tiempo en el reloj para que Jared Goff condujera a su equipo hasta territorio de gol de campo, donde Zuerlein mostró nuevamente sangre fría y con su patada envió el partido a tiempo extra.
Los Santos trataron de crear algo, pero Dante Fowler presionó a Brees quien fue interceptado por el safety Jon Johnson. Esto dio el ovoide a los Carneros. McVay confió Zuerlein y este conectó un gol de campo de ¡57 yardas! que terminó con las opciones de los Santos. Quizás esta haya sido la última oportunidad real para Brees de jugar un Súper Bowl.