Después de 115 movimientos y más de siete horas frente al tablero, Magnus Carlsen y Fabiano Caruana regresaron al hotel de seguro totalmente agotados y con sensaciones encontradas: el noruego desperdició una enorme oportunidad de comenzar delante el match por la corona mundial de ajedrez; mientras, el estadounidense respiró aliviado, porque tras afrontar serios problemas en el manejo del tiempo y una posición perdida, salvó medio punto.
Caruana decidió comenzar el duelo con 1.e4 y el campeón mundial replicó con la defensa Siciliana y permitió la Variante Rossolimo (1…c5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5), la cual, tiempo atrás, fue una de las principales opciones del estadounidense con blancas, reconoció Mark Crowther, en The Week in Chess.
Después de que ambos optaron por enroques opuestos, Caruana apostó por llevar a su caballo a la casilla f6, en el movimiento 17 y los motores online de cálculo identificaron este movimiento como el primer gran error del retador en la partida. Carlsen activó su pareja de alfiles y con 21…Cf8 sacrificó el peón de f6, a cambio de abrir la columna g y presionar con el peón pasado por la columna f. Caruana utilizó muchísimo tiempo para encontrar el camino defensivo. Tardó tanto que en el movimiento 25 apenas tenía 5 minutos y 46 segundos en el reloj. Las reglas del match establecen que los jugadores reciben 100 minutos para las primeras 40 jugadas, más un incremento adicional de 30 segundos por movimiento. Así que el estadounidense tuvo que realizar sus siguientes 15 jugadas como si fuera una partida blitz y pagó un precio muy alto por esto.
En serios apuros de tiempo, Caruana colocó a su rey en e2, en el movimiento 33, y Carlsen aprovechó este desliz para llevar su dama a g5 y abrir el camino para penetrar en el débil flanco dama de las blancas. Todo parecía perdido para el retador; sin embargo, el campeón, con tiempo suficiente en el reloj, falló en los cálculos y Caruana logró llegar al primer control de tiempo, luego forzó el cambio de damas y alcanzó una posición en inferioridad material (peón de menos) pero perfectamente defendible.
Carlsen estaba frustrado, pero persistió en su empeño de alcanzar la victoria, en el final de torres, en el que tenía tres peones contra dos Caruana. En los siguientes 59 movimientos, el campeón trató de encontrar un desliz en la estrategia defensiva del estadounidense; pero en el máximo nivel del ajedrez pocas veces suceden errores en estas posiciones.
La división del punto fue una grata noticia para Caruana; aunque tendrá que mejorar mucho en la manera en que administra su tiempo, porque difícilmente Carlsen deje escapar otra vez una posición ganadora. Carlsen no logró la victoria, pero al mismo tiempo dejó una mejor impresión inicial. Tras concluir el extenso cotejo, reconoció a la televisora noruega VG que ahora se sentía un poco más débil que cuando se convirtió en campeón mundial en 2013.
¿Aprovechará Caruana esta “debilidad” del jugador que ha dominado el ajedrez en la última década?