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Fabi Caruana, tras los pasos de Bobby Fischer

El único estadounidense campeón mundial de ajedrez probablemente haya sido el jugador más polémico de todos los tiempos. Bobby Fischer nació en Brooklyn, asombró al planeta con sus genialidades frente al tablero, que lo llevaron a la cima, tras superar al entonces soviético Boris Spassky, en 1972 y, luego, presa de sí mismo, desapareció durante décadas, para regresar con la mente totalmente perdida. Falleció en Reikiavik, la misma ciudad en la que se proclamó rey del juego ciencia. El próximo estadounidense que podría llevar la corona también nació en Brooklyn, posee una gran comprensión del juego, pero, afortunadamente, no tiene nada que ver con la compleja personalidad de Bobby. Lo llaman “Fabi” Caruana y esta es la historia de cómo este joven, de 26 años, se convirtió en retador de Magnus Carlsen.

The New York Times dedicó un extenso artículo a Caruana y aquí comparto las partes que consideré más interesantes del reportaje.

Santina, la madre de Caruana, creció en Sicilia, Italia, en una granja sin electricidad; mientras, su padre, Lou, es un italo-estadounidense de Brooklyn. Fabi comenzó a jugar ajedrez a los cinco años, en Park Slope. En la escuela se unió a un programa de ajedrez pensado para niños que tenían problemas de atención en las clases. Desde el primer momento, Caruana despuntó como un posible gran talento.

La familia de Caruana se trasladó a Europa, para que Fabi, de 12 años, tuviera más oportunidades de competir y entrenar. En 2007, a los 14 años, obtuvo el título de Gran Maestro. En ese momento jugaba con la bandera de Italia. “Él empleaba la mayor parte de su tiempo leyendo, por lo que es, de alguna manera, auto-educado”, reconoció su padre.

Sus padres invirtieron cerca de 50 mil dólares al año en pagos a entrenadores antes de que Caruana comenzara a ganar dinero, a partir de los 17 años. Su padre abandonó su carrera de procesamiento de datos y se dedicó a los bienes raíces y, especialmente, a administrar la carrera de su hijo.

“En realidad, en esa época no tenía amigos. Solo jugaba ajedrez todo el tiempo”, explicó Caruana. Hoy, además de continuar entrenando varias horas al día, Fabi juega tenis, hace yoga, va al gimnasio y corre con un entrenador. Los ajedrecistas de la súper elite finalmente han entendido que necesitan estar en buena forma física para competir mejor. Caruana reconoce que este año no ha tenido citas amorosas, para concentrarse únicamente en el ajedrez, por temor a que una ruptura pudiera incidir en un descenso en el nivel de su juego.

El Times resaltó el aumento del interés por el ajedrez en Estados Unidos, especialmente en San Luis, donde el millonario Rex Sinquefield ha invertido cuantiosas cifras para traer a varios de los mejores talentos a ese país. En 2015, la familia Caruana decidió regresar a Estados Unidos, en gran medida, según el medio, por el apoyo del Club de ajedrez de San Luis y, especialmente, de Sinquefield quien ofreció a Fabi 200 000 dólares para que optara por cambiar de Federación y representar a Estados Unidos. En ese momento, Caruana rechazó la oferta, aunque luego aceptó la transferencia. No fue el único, pues algo similar ocurrió con el filipino Wesley So. En 2016, Fabi y So fueron figuras claves en la victoria de Estados Unidos en la Olimpiada de Bakú.

“Me sorprendió cuando lo conocí. No está loco”, dijo Illya Merenzon, el jefe ejecutivo de World Chess y organizador principal del match por el título. “Él es fantástico con la prensa, no actúa de manera rara y es una persona con la que resulta muy agradable conversar. Además, en todo momento parece estar calmado, lo cual puede ayudarlo muchísimo en un match por el campeonato”, finalizó Merenzon.

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