El match por la corona mundial de ajedrez tendrá como protagonistas a los dos jugadores con mayor ELO del momento y esto no ocurría desde 1990, reconoce Chess.com. El duelo entre el actual campeón, el noruego Magnus Carlsen (2835) y su retador, el estadounidense Fabiano Caruana (2832), promete ser muy interesante y, antes de mover la primera pieza, en Londres, ya forma parte de la historia del juego ciencia.
La última ocasión en que el número 1 y el 2 del ranking de la FIDE disputaron una corona ocurrió en 1990, cuando Garry Kasparov (ya sin la bandera soviética en su mesa) y Anatoli Karpov disputaron el quinto y último match de una rivalidad inolvidable. En ese entonces, el “Ogro de Bakú” tenía un ELO de 2800 puntos, por 2730 Karpov. Otro detalle curioso que apunta Chess.com es que, desde que comenzó a utilizarse el ELO por la FIDE, en 1970, nunca antes habíamos tenido un duelo por el título entre dos jugadores separados por apenas tres puntos.
Carlsen tiene 27 años y sigue siendo el favorito para la mayoría (yo considero que habrá un cambio de reinado). En una reciente entrevista, recogida en The Guardian, el noruego dijo que el estilo de Caruana era muy concreto.
«Él calcula muy bien y con mucha profundidad. Está bien preparado (…) A menudo, Caruana sacrifica peones, le ofrece a su oponente peones pasados, acepta los ataques contra su rey todo con el objetivo de obtener el control del centro. En términos de comprensión del ajedrez esto es en lo que creo somos más diferentes. Él valora muchísimo el centro”.
El match en Londres repartirá un millón de euros y tendrá, al igual que los otros duelos por la corona en las últimas dos décadas, doce partidas. Carlsen venció a Viswanathan Anand en dos ocasiones dentro del límite de los 12 cotejos, pero frente a Sergey Karjakin el match concluyó 6 a 6, por lo que fue necesario acudir a las partidas rápidas. Ahora, en la capital británica, el retador tratará, por todos los medios, de sacar ventaja en los encuentros convencionales, porque, con menos de media hora en el reloj, nadie supera al “Mozart del ajedrez”.