El acuerdo firmado entre MGM Resorts y la NBA representa, indudablemente, un cambio radical en la manera en que las ligas profesionales de Estados Unidos se relacionarán, en lo adelante, con la industria de las apuestas. Durante décadas, las principales competiciones se opusieron al juego; pero apenas dos meses después de que la Corte Suprema hiciera inoperante el PASPA (Professional and Amateur Sports Protection Act de 1992, que restringía las apuestas deportivas solo a Nevada), la NBA ha sido la primera en firmar una asociación oficial, de 25 millones de dólares, por tres años, con uno de los gigantes del juego que controla 12 casinos en Las Vegas.
Mediante el acuerdo, MGM recibe la etiqueta de Socio oficial de apuestas de la NBA y WNBA, podrá utilizar los logos de los equipos, recibirá acceso a las jugadas más destacadas de los partidos y, especialmente, obtendrá el flujo de datos de la NBA, que facilitará la realización de apuestas en vivo.
Mientras, la NBA recibe 25 millones de dólares por tres años, que realmente no es mucho dinero para un negocio que genera por encima de 7500 millones cada temporada; pero, según ESPN, el acuerdo ayuda a la liga a crear un mercado para su flujo de datos en directo. MGM tendrá acceso a este flujo, pero no de manera exclusiva, así que otros competidores, sobre todo casas de apuestas, podrían interesarse en adquirir los datos.
En su política de publicidad, la NBA prohíbe que las casas de apuestas aparezcan en los uniformes de los equipos; aunque no me sorprendería si esto cambiara, en un futuro no lejano. Por ejemplo, en la Liga Premier, la pasada campaña 9 de los 20 equipos firmaron acuerdos de publicidad con casas de juego.
Hasta el momento, tres estados de la Unión han aceptado las apuestas deportivas desde la derogación de PASPA, Mississippi, New Jersey y Nevada. La NBA confía en que, en un período relativamente corto, de 3 a 5 años, más de 20 estados habrán legalizado las apuestas. Por tanto, el negocio con MGM es solo el inicio. ¿Habrán abierto la Caja de Pandora?