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Maya Moore, a lo Michael Jordan: el rostro de la WNBA

La WNBA puede considerarse como una de ligas profesionales de mayor crecimiento en el último lustro. Su figura más mediática, sin dudas, es Maya Moore, de las Minnesota Lynx, quien apareció en un cartel, en Minneapolis, con las manos extendidas, tal y como hiciera el icónico Michael Jordan, décadas atrás. A pesar del notable aumento del interés por esta competición, las atletas siguen ganando muchísimo menos que los hombres y una de las que ha alzado la voz con más fuerza sobre este tema es Elena Delle Donne, de las Washington Mystics, quien exigió que se les tratara como se merecen.

“Parece que para nosotras se trata de estar siempre luchando contra los estereotipos negativos, y es agotador. En otras ligas se invierten millones para que los aficionados conozcan a los jugadores, para que establezcan conexiones con ellos… Un aficionado de la NBA siente que conoce realmente a sus ídolos. ¿Cómo va cualquiera a conocerme a mí o a mis compañeras si no se hace ningún esfuerzo en ese sentido? Esto es un negocio, está claro. Pero en cualquier negocio tienes que invertir para obtener un resultado”, expresó Doone, en un artículo publicado en AS.

CRECIMIENTO MEDIÁTICO DE LA WNBA

– En la vigésimo primera temporada de la WNBA (la de 2017) se transmitieron 20 partidos a través de Twitter (más de 600.000 espectadores de media).

– En 2018 la WNBA creó su propio League Pass (a un precio de 16,99 dólares)

– EA Sports incluirá en su NBA Live 2019 perfiles de jugadoras (en su edición de 2018 ya se incluyeron equipos de la WNBA).

– Un total de 1.574.078 personas vieron los partidos de temporada regular de la WNBA en las diferentes arenas (7.716 de media).

– En la actual temporada, las audiencias ESPN 2 han aumentado y la cadena reúne a una media de 240.000 personas en los partidos que transmite. El contrato televisivo actual es de 25 millones de dólares por temporada.

MENORES INGRESOS

De acuerdo con AS, las jugadoras de la WNBA han recibido en los últimos años entre cinco y ocho veces más por competir en ligas de España, Turquía, Rusia y China que por la misma temporada en sus franquicias. El ejemplo más citado es el de Diana Taurasi, tetracampeona olímpica, quien llegó a saltarse una temporada WNBA, en 2015, para centrarse en el club Ekaterimburgo de Rusia, ya que allí cobraba más de un millón de dólares; mientras, en la WNBA obtenía 107.500 al año.

En 2016, el salario global de todas las jugadoras WNBA ascendía a 11,1 millones de dólares. En la NBA 2016-17 hubo 95 jugadores con un sueldo más alto y el promedio acababa de rebasar los 6 millones al año con la gran bonanza que trajeron los últimos contratos televisivos y sus 24.000 millones por nueve años.

Otro problema es la repartición de beneficios: en la NBA ronda el 50%; mientras, en la WNBA no llega ni al 25% según un convenio colectivo que estará vigente hasta 2021, pero del que ambas partes pueden liberarse en 2019, reconoció AS.

En la temporada 2017 pasaron por las pistas un total de 157 jugadoras. El sueldo medio fue de 71.635 dólares. Si las jugadoras recibieran el 50% de los beneficios de la competición, ese salario subiría a 164.000 dólares.

Además, las jugadoras se llevan 79 dólares en dietas por cada día que pasan fuera de casa (juegan 17 de los 34 partidos de la temporada regular a domicilio: suman hasta unos 2.500 dólares más). Además, las que tienen más de 5 años de experiencia tienen derecho a cama individual en los hoteles.

Finalmente, todas las jugadoras pueden percibir bonus por jugar playoffs (de 1.103 dólares por jugar la primera ronda a 11.000 para las campeonas), ser all star 82.500) o recibir premios individuales: 15.000 por el MVP, 10.000 por estar en el Mejor Quinteto, 5.000 por el Segundo y otros 5.000 por los de Defensora, Novata y Jugadora Más Mejorada del Año.

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