Diego Armando Maradona disfruta ser el centro de la atención. No es nada nuevo, porque todos sabemos cuán grande es el egocentrismo de este formidable jugador que ha tratado (sin lograrlo, aparentemente) derribar con sus actitudes la imagen simbólica que construyó con sus goles. ¿Qué dicen sobre Maradona los mejore sitios de online betting?
Las imágenes de Maradona dormido, Maradona Dios, Maradona insultando a los seguidores de Nigeria, Maradona en pésimo estado físico, le han dado la vuelta al mundo. Sus detractores han encontrado nuevos elementos para criticar a un hombre que, a diferencia de lo que prefiere hacer la mayoría, suelta las verdades sin pelos en la lengua. Y ha pagado un precio por eso. Mientras, sus seguidores, que son millones, lo defienden a capa y espada y siguen aferrados al mito (porque es difícil desprenderse de los mitos) del hombre que salió de la pobreza para convertirse en la mayor estrella de fútbol y que ganó (así se construyen los mitos) él solo la Copa de 1986, con aquel gol que hoy sería anulado por el VAR ante Inglaterra y luego con aquella inolvidable corrida en la que dejó atrás a todos los ingleses.
Muchos creen que Diego ayuda a la selección argentina en el Mundial de Rusia. No me parece. La prensa, que necesita construir historias más allá de quién ganó o perdió, continuará siguiendo cada uno de sus pasos, a la espera de que Diego siendo Diego haga una de las suyas y les ofrezca el titular del día. Ya tuvieron una muestra de ello, con el feo gesto del dedo del medio mostrado a los nigerianos. ¿Para qué caer tan bajo? Si realmente Maradona quisiera ayudar a su selección, debería comenzar por tratar de llamar menos la atención; pero, como ya sabemos, eso no sucederá.