Realmente no entiendo la obsesión por presentar a “animales oráculos”, supuestamente “capaces de pronosticar” los resultados de un Mundial de fútbol. Quizás el pulpo Paul haya resultado llamativo, ocho años atrás, por la novedad y porque, por pura coincidencia, acertó en los resultados de Alemania en Sudáfrica 2010; pero, una vez pasado ese momento exótico, ¿en serio vale la pena volver con los “adivinadores”? En Rusia consideran que sí y los relacionistas públicos del Museo del Hermitage, de San Petersburgo, encontraron una manera de llamar la atención: nombraron a un gato blanco y sordo, llamado Aquiles, como el “pronosticador oficial” del Mundial 2018.
Aquiles pesa 4.7 kilos, es sordo de nacimiento, lo cual, dicen los rusos, “explica su nivel de intuición”. ¿Cómo hará sus “predicciones”? El felino tendrá que elegir entre dos platos de comida, cada uno identificado con la bandera de los países que disputarán el partido. De acuerdo con el plato seleccionado, así será el resultado del juego. Risible.
Parece que el pobre Aquiles no ha tenido mucha suerte como “oráculo”, ya que en la pasada Copa Confederaciones, celebrada en Rusia, “acertó” en cuatro de los 16 desafíos celebrados. Pero, como sabemos, en realidad poco importa esto. El Hermitage y sus gatos aparecieron en las portadas de los medios de comunicación y el Mundial del Kremlin ya tiene su elemento “exótico”.