El caos reinante en Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) podría tener el peor resultado posible: la exclusión de este deporte de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Al menos esa la fue la amenaza que lanzó la Junta Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI) que reconoció sentirse insatisfecha con el informe elaborado por la organización sobre sus problemas de gobernanza, finanzas, arbitraje y antidopaje.
De acuerdo con el titular del COI, Thomas Bach, ellos “se reservaban el derecho de revisar la inclusión del boxeo en los programas de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 y Tokio 2020”. El enfrentamiento entre el COI y la AIBA ha llegado a tal punto que Bach mandó a suspender los pagos financieros y congeló todos los contactos con la AIBA.
La AIBA atraviesa por uno de sus peores momentos. Tras la expulsión de Ching-Kuo Wu de la presidencia, el titular interino Franco Falcinelli renunció y en su lugar asumió, también de manera temporal, el uzbeko Gafur Rakhimov.
No es la primera vez que la presencia del boxeo corre peligro como deporte olímpico. Recordemos que el tras el escándalo con los jueces, en Seúl 1988, muchos pidieron la exclusión; pero llegaron cambios a tiempo que impidieron la salida. Luego, otro enorme escándalo por el arbitraje en la cita estival de Atenas 2004 incidió en que el COI retuviera un pago de un millón de dólares a la AIBA; sin embargo una nueva promesa de transformaciones destrabó el tema. Ahora, creo, el conflicto ha subido de tono y con tantos deportes interesados en ingresar al programa, no me extrañaría que creciera la presión. Ojalá el boxeo no haya escuchado su último campanazo olímpico.
(con información de AS)