¿Cuáles han sido los 5 mejores momentos en la historia del Súper Bowl? Aquí comparto mis respuestas a esa pregunta y notarán que en mi selección solo aparecen hechos ocurridos después de 2000. Ese año, mediante una copia de VHS, tuve acceso por primera vez a la discusión del título de la NFL y, desde ese momento, mi fascinación por el fútbol americano no ha dejado de aumentar. Por tanto, dejo fuera pases de TD, intercepciones, recepciones y acarreos extraordinarios que forman parte de la riquísima historia de este gran evento deportivo, pero que ocurrieron en el siglo XX.
1- La remontada de los Patriotas en el Súper Bowl LI
No soy fanático de los Patriotas; pero lo realizado por ese equipo ante los Falcons de Atlanta, en Houston, rozó lo increíble. Es cierto que los oponentes contribuyeron, que el coach Quinn equivocó el plan de juego; sin embargo, es imposible no reconocer la hazaña de remontar ¡25 puntos! en el marcador, con tan poco tiempo de juego. Tom Brady, aunque constantemente le sigan sacando “trapos sucios”, es el mariscal de campo más completo de todos los tiempos.
2- La asombrosa recepción de David Tyree en el Súper Bowl XLII
Los Patriotas estuvieron muy cerca de completar la mejor temporada de todos los tiempos en la NFL. Culminaron invictos (16-0), con un ataque formidable; pero, al igual que sucedió con los Warriors, en la NBA, no ganaron el campeonato…en gran parte por la espectacular atrapada que hizo David Tyree. Cuando solo quedaban 75 segundos por jugar, los Pats iban delante 14-10 frente a los Gigantes de Nueva York. En tercera oportunidad, desde su propia yarda 44, Manning de alguna forma logró evadir a los defensores y lanzó un pase desesperado de 32 yardas que Tyree (un mediocre receptor abierto) se las arregló para arrancar de las manos a Rodney Harrison y alcanzó a sujetar el ovoide contra su casco. El resto es historia: cuatro jugadas después, los Gigantes entraron en la zona de anotación y evitaron la campaña perfecta de los Pats.
3- La sangre fría de Adam Viniateri
Pocas veces un pateador ha tenido tanto protagonismo en los Súper Bowl como Adam Viniateri. Nadie puede poner en duda su sangre fría, porque este jugador logró dos goles de campo, en momentos complicados, que significaron anillos de campeón para Nueva Inglaterra.
La primera vez ocurrió en el Súper Bowl XXXVI, en 2002, en Nueva Orleans, cuando un muy joven Tom Brady, con el partido igualado a 17, y 90 segundos por jugar, condujo un impresionante drive ante la defensa de los Carneros de San Luis. Sin tiempo en el reloj, Vinatieri conectó el gol de campo que dio la victoria a los Pats.
Dos años después, en el Súper Bowl XXXVIII, en 2004, en Houston, contra las Panteras de Carolina otra vez Vinatieri se convirtió en héroe, al lograr el gol de campo, de 41 yardas, que representó, entonces, el segundo anillo para el dúo Brady-Bellichick.
4- La ceguera mental del coach Pete Carroll en el Súper Bowl XLIX
En 2015, los Halcones Marinos de Seattle buscaban ganar dos Súper Bowl de forma consecutiva. Después de aplastar a los Broncos en 2014, estuvieron muy cerca de superar a los Pats, en Glendale. Tuvieron ventaja en el marcador, pero Brady se las ingenió para lanzar dos pases TD que colocaron a Nueva Inglaterra delante 28-24. No obstante, Rusell Wilson elaboró un drive que situó a Seattle en la yarda 1. En esa posición, ¿qué indicaba la lógica? Simple: darle el ovoide a Marshawn Lynch, quien había corrido para 1300 yardas y 13 TD en la temporada regular y, en ese juego, ya tenía acumuladas 104 yardas. El coach decidió que era mejor lanzar un pase y ahí fue cuando apareció Malcolm Butler. Su intercepción en la zona de anotación dejó atónitos a los fanáticos de Seattle y aseguró el cuarto anillo para Brady-Bellichick. Aunque no lo reconozca, ese error acompañará a Carroll toda su vida.
5- La tackleada salvadora de Mike Jones
Los entonces Carneros de San Luis, con Kurt Warner en su mejor momento, llegaron como favoritos al Súper Bowl XXXIV frente a los Titanes de Tennessee. Cuando faltaba muy poco por jugar, los Titanes, desde la yarda 3, amenazaban con igualar un partido que perdían 23-16. En ese momento, el mariscal de campo Steve McNair lanzó un pase a Kevin Dyson, pero este fue tackleado de inmediato por Mike Jones. Dyson trató de estirarse todo lo que pudo, para cruzar el plano de la zona de anotación; sin embargo, quedó corto y su rostro desesperado ha quedado como una de las imágenes inolvidables en la historia del Súper Bowl.