Nunca antes en la más que centenaria historia del béisbol de Grandes Ligas un pelotero novato había disparado 50 jonrones en una temporada. El récord estaba en poder de un jugador que, ante tanta evidencia en su contra, no le quedó más remedio que admitir que había competido dopado: Mark McGwire. Este fornido slugger conectó 49 vuelacercas en 1987, con los Atléticos de Oakland, cuando a nadie en el mundo del béisbol le importaban los esteroides.
A mitad de la actual temporada, no pocos esperaban que la sensación de los Yankees de Nueva York, Aaron Judge, superara a McGwire. El Juez tuvo una primera parte asombrosa, con 33 jonrones y, de seguro, nadie olvidará la demostración de fuerza que tuvo en el Derby de Jonrones, en el Juego de las Estrellas, celebrado en Miami.
Sin embargo, luego el Juez entró en un enorme slump. Desaparecieron los jonrones y aumentaron los ponches. La caída fue tan estruendosa que Aaron implantó el récord de más partidos consecutivos tomando al menos un ponche; pero…vino el repunte. El número 99 volvió a reencontrarse consigo mismo y las pelotas volvieron a viajar enormes distancias. La cuenta de cuadrangulares siguió creciendo hasta que, en la tarde del lunes 25 de septiembre, en el Yankee Stadium, el Juez disparó sus vuelacercas 49 y 50 y borró el nombre de McGwire del libro de récords para novatos.