El fútbol, sin dudas el más universal de los deportes, sigue atrayendo cada año a millones de fanáticos a los estadios; mientras, crecen las audiencias televisivas de los partidos, no solo de las principales competiciones ligueras y de selecciones nacionales, y los anunciantes no dudan en desembolsar cuantiosas cifras para aparecer al menos 30 segundos en pantalla. Esta “fiebre futbolera” por supuesto que llega a los espacios online y cada vez aumenta más el número de personas, de cualquier nacionalidad, que recurre a sitios especializados para aprovechar las mejores opciones de apuestas de fútbol, con un único objetivo: acertar en el pronóstico y ganar…aunque ya sabemos que, en un deporte tan impredecible, esto no resulta nada fácil.
A pesar de los escándalos en la cúpula directiva, de los engaños fiscales de algunos pícaros que quieren pagar menos millones al fisco, de los serios problemas arbitrales (que podrían quedar reducidos a la mínima expresión si los decisores dejaran el miedo y aprobaran la utilización de la tecnología en TODOS los torneos), de los jugadores y competiciones sobrevaloradas, el fútbol encanta y no hay deporte que pueda superarlo.
Nada es comparable con la emoción que despierta un gol, un buen regate, una espectacular parada de un portero. No es casualidad que la Copa Mundial de FIFA sea el segundo evento global más seguido, apenas superado por los Juegos Olímpicos, y que cada cuatro años más de 200 países (muchos más de los reconocidos por la ONU y el COI) luchen por obtener una plaza al certamen que, a partir de 2026, por el impulso dado por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, tendrá nada menos que ¡48 equipos! Económicamente esa decisión fue un “golazo millonario”, pero el tiempo dirá si esa expansión no incide en un retroceso en la calidad de la competición. Por lo pronto, las apuestas de fútbol para “adivinar” a los otros integrantes del “club de los 32” clasificados al Mundial de Rusia 2018 están al rojo vivo.
Nunca como ahora los Clásicos entre el Barcelona y el Real Madrid fueron tan globales, ni la final de la Liga de Campeones de la UEFA atrajo tanto la atención, al punto de compararla (en términos económicos) con el Súper Bowl de la NFL. Pero, más allá de estos grandes escenarios, quizás como nunca antes en la historia la “fiebre futbolera” ha llegado hasta los más recónditos lugares del planeta. Allí, donde no hay agua, electricidad, ni muchos menos Internet, muchos sueñan con ser Messi o Cristiano.
CANASTAS GLOBALES
Otro deporte que cada vez es más global es el baloncesto. Entre todas las competiciones, por supuesto que la gran mayoría dirige su mirada hacia la NBA. Veinte años atrás, cuando los Bulls de Chicago, con Michael Jordan y Scottie Pippen, dominaban la liga, era impensable que este torneo atrajera audiencias en todos los continentes. Hoy la realidad es otra y las apuestas NBA llegan de cualquier parte del globo, a diferentes casas, porque, sencillamente, más personas se sienten en condiciones de “predecir” un resultado, ya que conocen la liga y a sus principales estrellas. ¿Es mejor LeBron James que Michael Jordan? Jugaron en épocas distintas y en contextos diferentes, por lo que una comparación estrictamente deportiva sería casi imposible; sin embargo, no parece arriesgado afirmar que King James es mucho más conocido. En la era de las redes sociales, con los millenials intercambiando likes, retuits y videos, las jugadas del 23 de los Cavaliers de Cleveland (y el 6 de los Miami Heat) se fijan más en la memoria que los míticos vuelos rumbo a la canasta de Air Jordan.