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Yuliesky Gourriel, ¿“romperá la barrera” de Grandes Ligas?

Yuliesky Gourriel descendió hasta el séptimo turno en la alineación cubana (foto de Ricardo López Hevia)
Yuliesky Gourriel descendió hasta el séptimo turno en la alineación cubana (foto de Ricardo López Hevia)

La histórica visita de Grandes Ligas a Cuba marcó el primer encuentro oficial de la mayor organización beisbolera del mundo con el país caribeño, desde que los Orioles de Baltimore jugaron en La Habana, en 1999. La presencia de directivos de primer nivel de Major League Baseball (MLB), como Joe Torre, y de estrellas como Clayton Kershaw, Nelson Cruz, Miguel Cabrera y cuatro peloteros cubanos tuvo una enorme carga simbólica; pero, ¿producirá algún resultado real en un futuro cercano?

Desde que salieron de Cuba, con el sueño de jugar en Grandes Ligas, José Dariel Abreu, Bryan Peña y Yasiel Puig no habían podido retornar al país donde se formaron como jugadores. La nueva política migratoria cubana establece que los atletas que se marchan por vías no legales tienen que esperar hasta ocho años para poder tocar suelo cubano nuevamente. Ahora ellos formaron parte de la comitiva de MLB y pudieron reencontrarse con sus familiares y comprobaron que los fanáticos cubanos están muy al tanto de sus éxitos en Estados Unidos. Otro integrante del grupo, Alexei Ramírez, había estado un poco antes en Pinar del Río; mientras Jon Jay conoció por primera vez la tierra donde nacieron sus padres.

Este reencuentro, a un año del deshielo entre Washington y La Habana, tuvo una alta carga simbólica. Puig y Abreu salieron del país en embarcaciones, con un alto riesgo para sus vidas. La dramática historia de Puig es más conocida y probablemente se convierta en un filme, al mejor o peor estilo de Hollywood. Ambos tuvieron que establecerse en un tercer país para poder firmar con una organización de Grandes Ligas.

El Bloqueo que Estados Unidos ha impuesto a Cuba durante más de medio siglo impide que cualquier jugador cubano que mantenga su residencia en el país pueda formalizar una relación con una franquicia estadounidense. Por tanto, en pos de hacer realidad el sueño de jugar en la MLB y mejorar su economía, centenares de peloteros cubanos se han puesto en manos de contrabandistas que los sacan en embarcaciones del país, a cambio de altos porcentajes de los futuros contratos que puedan firmar esos atletas. Los escándalos por este contrabando humano han sido varios e incluyen desde Puig hasta Leonis Martín. Recientemente dos lanzadores cubanos, Carlos Juan Viera y Alaín Tamayo, fueron liberados por la policía dominicana de un contrabandista que los tenía secuestrados en su casa, en Punta Cana.

¿Podría cambiar esta nada agradable realidad? Las autoridades deportivas cubanas han manifestado en varias ocasiones que están dispuestas a negociar con Grandes Ligas la contratación legal de peloteros, sin que estos tengan que renunciar a vivir en su país. MLB también podría estar interesada en un mecanismo que elimine la intermediación de los contrabandistas; sin embargo, con el Bloqueo todavía de por medio, no parece probable que ese acuerdo esté al doblar de la esquina.

EL CASO GOURRIEL

En 2013, las autoridades deportivas cubanas finalmente permitieron la contratación de atletas de diferentes deportes, en equipos profesionales. Uno de los casos más mediáticos fue la firma, en 2014, de Yuliesky Gourriel con el Yokohama DeNa Baystars, de la Liga profesional japonesa. Este jugador es considerado el más completo de los que participa en la Serie Nacional cubana y en Japón tuvo una actuación aceptable, porque participó en 62 partidos—el contrato fue de casi un millón de dólares— y finalizó con 11 cuadrangulares y un promedio ofensivo de 305.

A partir de esto, la directiva del equipo le ofreció un nuevo acuerdo, cercano a los 3 millones de dólares por año, la mayor cifra recibida por un atleta cubano con residencia en el país. No obstante, Gourriel no se presentó a los entrenamientos primaverales del Yokohama, al alegar una lesión. Esto condujo a la rescisión del contrato; además, también frenó el arribo del hermano menor de Yuliesky, Lourdes Jr., a esa misma organización.

¿Qué sucedió realmente para que Gourriel dejara escapar un contrato de tales proporciones? Las especulaciones no tardaron en llegar y la mayoría apuntaba a negociaciones secretas que permitirían la contratación de Yuliesky con una franquicia de Grandes Ligas. Incluso se habló del interés de los Yankees de Nueva York por el jugador.  En algún momento se esperó que Gourriel estableciera residencia en un tercer país; pero, el jugador reiteró su idea de jugar en las Mayores sin verse obligado a abandonar su hogar en La Habana. MLB desmintió el rumor sobre las supuestas conversaciones y el caso cayó en un aparente olvido.

Gourriel declinó su participación con la selección nacional cubana en los Juegos Panamericanos celebrados en Toronto, porque los directivos no tuvieron en cuenta para ese equipo a Lourdes Júnior. El cisma parecía inminente; sin embargo, luego Yuliesky se incorporó a los entrenamientos del equipo Industriales y ha sido, por mucho, el mejor bateador de la actual temporada del béisbol en Cuba; además, intervino con la selección en el torneo Premier 12, donde no tuvo buenos resultados.

Los acercamientos entre La Habana y Washington, las continuas críticas del presidente Barack Obama al Bloqueo y el cada vez más evidente interés del sector empresarial estadounidense por derogar esa política fallida han vuelto a colocar sobre la mesa un acuerdo entre MLB y la Federación cubana de béisbol.

El “tour de buena voluntad” de MLB, con uno de sus pesos pesados (Torre) a la cabeza, la presencia de súper estrellas como Kershaw, Cabrera, Cruz y la anuencia de las autoridades cubanas al retorno, en esta ocasión, de jugadores de ese país son indicios muy claros de que ambas partes tienen intenciones de estrechar relaciones.

Ahora bien, aunque el tour haya sido reconocido como un éxito y haya aumentado la confianza entre MLB y la Federación cubana, no significa, ni mucho menos, que ese acuerdo esté cerca de concretarse. El Bloqueo impide que, por ejemplo, MLB establezca un sistema similar al que impera en Japón, es decir, que los equipos de las Mayores paguen un “impuesto de negociación” para firmar al pelotero; además, el hecho de que la Federación cubana sea la representante del jugador y, por tanto, perciba un porcentaje del contrato, también resulta un freno.

¿Qué podría suceder con Gourriel? ¿Será el primero en “romper la barrera”? Es el pelotero cubano que más potencial tiene en la actualidad; pero para que lograra vestir un uniforme de las Mayores—y aumentara su cuenta bancaria—sería necesario establecer un escenario en el que ambas partes, apoyadas por sus respectivos gobiernos, estén dispuestas a ceder en algo. Desde Washington, incluso con el Bloqueo en pie, podría buscarse algún mecanismo jurídico que posibilitara la firma; mientras Cuba dejaría el camino libre para que Gourriel negociara por su cuenta. ¿Demasiados obstáculos por superar? Indudablemente; pero en el contexto del deshielo todo puede esperarse.

Publicado en PanamericanWorld

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